En abril de 2018, justo cuando la efervescencia política estaba creciendo en todo el país por la lucha de la transición política que prometían, sobre todo Morena y su candidato Andrés Manuel López Obrador -ambos una escisión del PRD-, aparece en escena El Influyente.
Los candidatos más fuertes, además de López Obrador, eran el panista Ricardo Anaya y el abanderado del PRI, Pepe Meade, y en ese entonces nadie tenía la certeza de lo que iba a ocurrir en julio, cuando se presentaran las elecciones presidenciales.
Junto con ellos aparecieron muchos candidatos más a diversos cargos de elección popular, que después de las elecciones quedarían empoderados unos, y lejos del poder que ostentaban en ese entonces, otros. El Influyente nació como opción para los políticos que venían atrás de los estelares, y que estaban siendo opacados por las campañas presidenciales, que eran las que realmente habían prendido en el país.
Desde ese entonces fue la voz dirigida al llamado círculo rojo, con mensajes que se enviaban entre líderes políticos y que no iban dirigidos, necesariamente, al público en general, pues es una publicación segmentada para los grupos de poder.
Independientemente de quién se hiciera de la Presidencia de la República -cosa que desde luego era muy importante-, había que darle atención a quienes querían gobernar la capital del país y controlar las cámaras legislativas.
Fue un ejercicio plural, porque quienes patrocinaron el proyecto creen en el ejercicio libre de las ideas. Participaron todos los partidos sin distingo, a excepción de Morena, que siempre alegó tener estrategia propia y declinó que sus candidatos tomaran el micrófono.
Sin embargo, algunos simpatizantes de ese partido, como el hoy diputado local Eduardo Santillán, aceptaron escribir libremente en estas páginas, sin que jamás se les hubiera modificado una sola coma a sus textos.
Para garantizar la calidad y pluralidad del producto, El Influyente abrió sus páginas a los periodistas más prestigiados de la capital, quienes desde entonces escriben con absoluta libertad sobre los temas políticos que impactan a la comunidad.
Acompañando a los periodistas, se integraron también analistas políticos de la más amplia gama ideológica, pues lo mismo hay luchadores de izquierda que militantes de derecha y luchadores sociales. Incluso, colaboran desde el primer número Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la capital, y el ex consejero electoral capitalino, Fernando Díaz Naranjo, entre muchos otros. A todos se les puede leer cotidianamente en este periódico que no prioriza noticias, sino el análisis y la libre opinión sin importar la ideología política con la que simpatice quien lo escribe.
En sólo un año la suerte de la mayoría de nuestros entrevistados ha dado un vuelco, como el caso de Ricardo Monreal, por ejemplo, que de hablar sobre cómo le cerraron el paso para buscar la jefatura de gobierno, hoy es el poderoso líder del Senado.
En ese tiempo Héctor Serrano era considerado como el capo del PRD y hoy ya ni siquiera está en ese partido. Lo mismo Alejandra Barrales y Mikel Arriola, quienes buscaban gobernar la capital y hoy permanecen ocultos y a la espera.
Ejemplo aparte es el de Miguel Ángel Mancera, quien, de ser Jefe de Gobierno y aspirante a la Presidencia de la República, logró colarse como senador por Chiapas y hoy, aunque no es de la mayoría en el Senado, coordina a los senadores de ese partido en la Cámara Alta.
Por eso, en este número de aniversario queremos, además de agradecer los patrocinios privados en busca la participación plural a través de nuestras páginas, hacer un breve recuerdo de cómo cambió la vida a la mayoría de nuestros entrevistados.
Y para no faltarle el respeto a nadie, publicamos nuestras 50 portadas del año, y los invitamos a buscar a todos los columnistas que contribuyen con su conocimiento y experiencia a enriquecer cada miércoles estas páginas.
Nos congratulamos por este primer año y entramos aún más fuertes para el segundo.
