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Jesús Malverde, un narco ‘santo’ de exportación

Hoy, ante tu cruz, postrado, ¡Oh, Malverde, mi señor!, te pido tu misericordia y que alivies mi dolor. Dame salud, dame reposo, dame bienestar y seré dichoso.

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Pedro Flores

Así como cada 28 de octubre la efigie de San Judas Tadeo es adorada por miles de creyentes entre gente de pueblo, pero principalmente agentes de todas las policías, el 3 de mayo en Culiacán, Sinaloa, se reúnen en la capilla de Jesús Malverde, construida a unos pasos de las oficinas de gobierno local, decenas de los llamados narcos, a pedir su auxilio y protección con la oración arriba escrita.

Hay innumerables mitos sobre la existencia de quien para muchos es el Robin Hood mexicano, ya que aseguran que robaba a los ricos para darle a los pobres; algunos señalan que su nombre real era Jesús Juárez Mazo, y que asaltaba cubierto de hojas de plátano verde, de ahí el apodo de “mal verde”, y que supuestamente había nacido el 24 de diciembre de 1870.

Sin embargo, en el archivo del Registro Civil de Sinaloa aparece un acta de nacimiento en donde se señala que ante el juez Marcelino Zazueta presenta Guadalupe Malverde, mayor de edad y madre soltera al niño vivo de nombre Jesús Malverde, nacido el 15 de enero de 1888, en donde fueron testigos Cipriano y Tiburcio Espinoza jornaleros de la región de Pendones, quienes no firmaron porque no sabían.

La tradición oral señala que Malverde fue un bandolero que operaba en las serranías de Culiacán, y que su objetivo siempre fue los ricos y hacendados, para repartir parte de su botín entre la gente más necesitada, de ahí que también se le conozca como el “Ángel de los pobres”.

Su leyenda inicia cuando se habla de que el capo de principios del siglo pasado, Julio Escalante, le dio un balazo a su hijo Raymundo, como castigo por realizar negocios sin su consentimiento; herido de bala y arrojado al mar, ‘El Ray’, como era conocido, le pidió ayuda a Malverde y éste se la dio, de ahí su fama de protector de narcos.

 

SU FESTEJO E INTERNALIZACIÓN EL 3 DE MAYO

Obviamente, desde la madrugada del 2 de mayo sus devotos se hacen presentes en la capilla con “Las Mañanitas”; se arrodillan frente el altar y lavan sus manos y cara de Malverde con agua bendita toda la mañana, para luego sacar su efigie en un carro especial y desfilar por las calles con la adoración de la gente. Una vez que el busto regresa a la capilla, la celebración continúa. El dinero que se recolectó en el año es gastado en preparar comida y comprar refrescos y juguetes para todos los participantes, incluyendo niños.

Cada 3 de mayo, en la capilla que tiene en Culiacán, presuntamente edificada con dinero del narco, se reúnen sus devotos para adorarlo. En ese lugar se pueden observar fotografías de los principales capos de la droga que le deben algún favor a este personaje. Según la leyenda, nació en Sinaloa en 1888 y murió ahorcado el 3 de mayo de 1909, hace 110 años.

Su veneración no sólo existe en nuestro país, sino que se ha internacionalizado y hay varias capillas. La primera de ellas se edificó en Culiacán, a unos pasos del palacio de gobierno de Sinaloa; la segunda en Cali, Colombia y otra en Los Ángeles, en Estados Unidos. Las autoridades dicen que son las rutas de la droga. Por si fueran pocos los seguidores de Malverde, ahora se ha convertido en el santo preferido de los migrantes.

 

NO HAY FOTOGRAFÍA DE JESÚS MALVERDE

Al no existir una fotografía de Jesús Malverde, su imagen es producto de otra serie de supuestos orales que dieron origen a que los artistas locales hicieran una imagen aproximada del bandolero, con ayuda de quienes dicen haberlo conocido.

La efigie en busto y de cuerpo entero del tipo ranchero, de grandes entradas, con bigote poblado, quijada cuadrada y paliacate anudado al cuello, ha sido venerada, dicen, por personajes como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo, Amado Carrillo y Ernesto Fonseca.

Esta imagen es la de un político local llamado Carlos Mariscal Elizalde, dicha versión fue confirmada por el gobernador de 1999 a 2004, Juan S. Millán, en una entrevista para la televisión local.

Millán dijo que había sido un señor de nombre Joaquín Vega, funcionario del Ayuntamiento, quien proporcionó la fotografía de Carlos Mariscal para ripley.

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