Lorena Osornio
En los últimos días han caído fuertes lluvias en nuestra ciudad, lo que ha generado caos vial y las ya tradicionales inundaciones y el caos que éstas traen consigo. Situaciones que a estas alturas ya deberían estar previstas por la administración de la jefa de gobierno, pero que al parecer no se hará mucho para prevenir y darles solución.
Es posible anticiparlo porque en estas fechas el STC Metro sigue siendo una vergüenza en términos de saturación del servicio y constantes desperfectos. Cada mañana a través de su cuenta de Twitter la Dirección General da su reporte de funcionamiento, donde dice que todo va bien, sin embargo, en los comentarios varios usuarios desmienten lo publicado con fotografías que documentan el pésimo servicio y evidencian el cinismo de quienes administran este medio de transporte.
Al mismo tiempo, la prioridad de la SEMOVI ha sido abanderar la venganza de los taxistas contra las aplicaciones de transporte de pasajeros que, si bien operan bajo un esquema desigual, la solución propuesta solamente busca recaudar dinero en lugar de mejorar y regularizar el sector en conjunto, para lo cual podrían, por ejemplo, evitar la existencia de taxis piratas. Con ello contradicen su propia política de desalentar el uso de vehículos particulares puesto que encarecen la prestación de este servicio y, combinado con el colapso del transporte público y la inseguridad que impera en el, restan coherencia a su supuesta política de movilidad.
Por otra parte, se mantiene el abandono en esta materia en la zona oriente de la ciudad, pues vialidades totalmente colapsadas por el tránsito como Ignacio Zaragoza no son dignas de la atención de la Jefa de Gobierno.
En otros frentes, también le llovió al gobierno de la ciudad pues pese a que Claudia Sheinbaum anunció orgullosa que los niños ya podían usar falda en las escuelas públicas de educación básica –como si ello ayudará en algo a su formación académica-, el propio secretario de educación, Esteban Moctezuma, corrigió el sentido de la medida, aclarando que la intensión del uniforme neutro era que las niñas tuvieran posibilidad de usar pantalón y no solo falda.
Como haya sido, es indignante que para la 4T los niños pueden tener pésimas instalaciones educativas, malos profesores dando o faltando a clases, clases de inglés de maestros que no conozcan el idioma, recortes a becas y estancias infantiles; pero eso si, es una proeza de Estado que las niñas ya puedan usar pantalón, como si el permitirles ese derecho fuera un favor para las mujeres. De ese tamaño son los “logros” de la actual administración.
