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POLÍGRAFO POLÍTICO / ¡Que les corten la cabeza!

¡Craso error! El problema que generó Sosa fue tan grande que a la jefa de gobierno no le quedo más que despedirlo, sin contar que, además, esas malas decisiones provocaron manifestaciones que nadie atendió en el gobierno, hasta que fue la propia Sheinbaum quien debió atender sola la última.

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Carla María Petrella

La destitución de Pedro Sosa al frente del Instituto de Vivienda (INVI) de la Ciudad, a finales de la semana pasada, puede ser el primer signo de que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, por fin está entendiendo que para formar parte del grupo que la acompaña a gobernar ésta, que es una de las ciudades más grandes y caóticas del mundo, no es suficiente contar con un impresionante currículum académico, ser honesto y trabajador. Ella necesita gente que sepa lo que es la administración pública, que sea eficaz, eficiente, que entienda la fuerza de los grupos clientelares, y además, por supuesto, que entregue a ella toda su lealtad.

Mucho es lo que se ha dicho ya de la mala calidad del gabinete con el que Sheinbaum decidió acompañarse en el primer tramo de su gobierno. Partidos políticos y organizaciones le dieron el beneficio de la duda, pero con el tiempo los funcionarios han demostrado su ineficiencia, el tono gris de su desempeño y han metido a la jefa de gobierno en más de un problema.

Según declaró la jefa de gobierno, la salida de Pedro Sosa se debió a la mala comunicación que el ahora exfuncionario hizo imperar al interior de la dependencia, y la aprobación de las reglas de operación del INVI, que se dieron a conocer el pasado 11 de julio, Sosa no tuvo el cuidado de consultar a las organizaciones promotoras de vivienda, que son ni más ni menos parte fundamental de la clientela política por años controlaba el PRD a través de quienes hoy son diputados, funcionarios y alcaldes afines a Morena.

La reacción de los llamados grupos de “vivienderos”, fue enojo, como era de esperarse, puesto que, porque, en dichas reglas se les excluía de los programas y beneficios que otorga el INVI, dejando a muchos de esos líderes sin razón de ser, porque ¿cómo iban ahora a venderse dentro de su partido y cómo iban a presionar a los beneficiarios para acudir a eventos masivos, como el informe de los 200 días de la jefa de gobierno?

¡Craso error! El problema que generó Sosa fue tan grande que a la jefa de gobierno no le quedo más que despedirlo, sin contar que, además, esas malas decisiones provocaron manifestaciones que nadie atendió en el gobierno, hasta que fue la propia Sheinbaum quien debió atender sola la última.

Pero si el trabajo de Sosa dejó mucho que desear, nadie se explica cómo es que se mantiene en el cargo el comisionado para la Reconstrucción, César Cravioto, cuando el sello de su gestión lo han dado los desaciertos, las confrontaciones con damnificados, la poca transparencia y sobre todo la manera recurrente con que lastima la imagen de la jefa de gobierno.

A diferencia de otros miembros del gabinete, Cravioto ha sido funcionario de gobierno y legislador, e incluso coordinó la bancada de Morena; por eso nadie entiende la incompetencia con que se ha conducido en el cargo actual. El error más reciente fue comprometerse con la organización Damnificados Unidos para sentarlos a dialogar con la jefa de gobierno. En ese encuentro, además de que tuvo que afrontar los desplantes de los vecinos, Sheinbaum fue captada por las cámaras con algunos de sus peores gestos, lo que convirtió el encuentro en una de las más desfavorables jornadas de trabajo para la gobernante.

Si este incidente no fuera suficiente para removerlo, Sheinbaum debería tomar en cuenta la mala relación que Cravioto tiene con los damnificados, la poca transparencia con que se realizan las obras de reconstrucción y el corto avance que se ha tenido en la entrega de vivienda a los afectados por el 19S.

Si la jefa de gobierno mantiene hacia Cravioto esos niveles de tolerancia quedará demostrado que para ella los acuerdos que tiene con el senador Martí Batres jefe político de Cravioto pesan más que el hecho de que mucha gente afectada por los sismos del 17 aún no recupere sus viviendas, y pesan más, incluso, que su propia imagen, prestigio y popularidad.

En esta ciudad, donde todo lo imposible es posible, el colmo sería que al frente del INVI ahora se designe a Rodrigo Chávez Contreras, actual titular de la Dirección Ejecutiva de Operación de ese mismo Instituto, también del grupo de Batres y promotor de vivienda en la Ciudad. Por lo pronto se quedará como encargado de despacho.

Ahora que la jefa de gobierno ya se animó a comenzar a cortar cabezas, sería bueno que fuera haciendo un análisis objetivo de la eficacia y eficiencia política de cada uno de los miembros de su gabinete, en particular el abocado a la seguridad, la movilidad y el desarrollo urbano. Ya veremos si para diciembre se anima.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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