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TROYA / Mujeres estamos solas

La protesta violenta de un numeroso grupo de mujeres pidiendo justicia ante las desapariciones de chicas y la muerte de muchas de ellas fue calificada por la autoridad como una provocación política a la Cuarta Transformación.

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Elena Chávez González

Por ahí hay dos dependencias que pasan de noche y que bien podrían ser sujetas a desaparecerlas, no porque no sean necesarias, sino porque sus titulares nomás no dan una en la defensa de las mujeres. Las responsables del Instituto de la Mujer federal y la secretaria de la Ciudad de México mantienen un perfil bajo, demasiado bajo diría yo ante las agresiones verbales y físicas que todos los días reciben las féminas por parte de los hombres.

Veamos el asunto por jerarquías. Recientemente el autodefensa que se dice médico de profesión José Manuel Mireles llamó “pirujas” a las mujeres derechohabientes del ISSSTE sólo porque le demandaron servicio y atención de calidad.

El rebelde originario de Michoacán que se manifestó en contra de las acciones de la 4T en materia de seguridad fue nombrado subdelegado médico de la dependencia en la entidad, con lo que lograron cerrarle la boca ante la amenaza de volver a armarse y liderear a los inconformes que se sienten inseguros ante la delincuencia que azota a ese estado.

No había pasado ni un mes de su nombramiento cuando Mireles sacó desde lo más profundo de su ser lo que verdaderamente piensa de las mujeres: “pirujas” dijo para después recular y declarar que fue un exabrupto, que reconocía el valor de las mujeres porque de una de ellas había nacido.

De nada le sirvieron sus disculpas, lo dicho quedó grabado no solo en los aparatos electrónicos de los reporteros, también en la mente de las ofendidas y de todas aquellas que defienden el género. Es decir, Mireles no calificó de pirujas” a unas cuantas beneficiadas del ISSSTE, el insulto fue para todas en general.

Y en esta historia de agresión verbal Nadine Gasman, la directora del Instituto de la Mujer del gobierno lopeobradorista ha hecho “mutis”, se ha quedado calladita a pesar de que cuando fue designada el propio presidente Andrés Manuel López Obrador la calificó como una gran defensora de los derechos humanos de la mujer.

La funcionaria no ha sido capaz de dar por lo menos su opinión con respeto a la agresión verbal de que fueron víctimas las señoras que le pidieron al subdelegado del ISSSTE atención médica de calidad.

Si a la directora del Instituto de la Mujer no le importa que ofendan a las personas de su mismo género bien podría el primer mandatario ahorrarse una lana en una institución que no hace nada por proteger los derechos de las mujeres.

Lo mismo sucede con la titular de la secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Gabriela Rodríguez, quien en campaña a favor de Claudia Sheinbaum llevó a numerosos grupos de mujeres a las reuniones de la entonces candidata para prometerles que serían vistas y escuchadas.

Pues tampoco ha ocurrido el milagro esperado por las féminas, es más, éstas en la Ciudad de México han padecido de todo tipo de agresiones, desde la verbal, la física hasta violaciones y la perdida de la vida.

Rodríguez que se jacta de ser super woman en la defensa de las mujeres no ha fijado posición sobre la ola de feminicidios en los que han muerto niñas, adolescentes, mujeres maduras y hasta ancianas.

La protesta violenta de un numeroso grupo de mujeres pidiendo justicia ante las desapariciones de chicas y la muerte de muchas de ellas fue calificada por la autoridad como una provocación política a la Cuarta Transformación. La vida de quienes han sido violadas y asesinadas no vale los cristales rotos de inmuebles y la pinta de monumentos históricos.

¿Dónde está Gabriela Rodríguez? Encerrada en su oficina sin dar la cara para no incomodar a su jefa, a Claudia Sheinbaum que ha tenido que lidiar con las inconformidades de las mujeres ante el incremento de la violencia, la discriminación y las desapariciones forzadas.

También aquí la Jefa de Gobierno podría ahorrarse una buena cantidad de dinero dado que la Secretaría de la Mujer no funciona para la defensa de los derechos humanos, es, al igual que la federal, elefantes reumáticos como define López Obrador a las instituciones que ha desparecido por ser ineficaces.

Mujeres estamos solas, defendámonos como podamos porque no hay funcionarias que lo hagan, aunque griten que “sobre su cadáverserán violentadas.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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