Adrián Rueda
Como si en realidad estuviera dando buenos resultados al frente de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, desde la jefatura de Gobierno están moviendo cielo, tierra y mar para que Ernestina Godoy sea la primera fiscal de la capital.
Para que ello ocurra, los diputados tendrían que modificar la flamante Constitución local, cuyo articulado prohíbe que alguien que haya sido legislador o funcionario los últimos tres años sea postulado.
El tema es que la mayoría de Morena presentó durante el primer periodo legislativo una iniciativa para modificar la tan ansiada Constitución, y todo para favorecer a una sola persona.
Si los morenos imponen, Ernestina podrá pasarse por el arco del triunfo ese impedimento y transitar de procuradora a fiscal, sin importar que hoy sea integrante del gabinete de Claudia Sheinbaum y diputada local con licencia.
Con estos antecedentes –y su actual presente–, nadie podría creer que cumple con el perfil de “independiente” que se requiere para el cargo, pues es obvio que reportaría a la gobernante en funciones y a una bancada mayoritaria a la que pertenece.
Independientemente de que la Constitución lo prohíba, ¿en aras de qué Sheinbaum quiere imponer a Ernestina, en un cargo que evidentemente le ha quedado enorme y con el cual la ciudadanía está más que inconforme?
Obviamente los partidos no podrían aprobar esta acción, porque de lo contrario estarían avalando los malísimos resultados de Godoy al frente de la PGJ, quien ni siquiera tendría que separarse del cargo para al menos simular que viene de fuera.
El tema se discute hoy en comisiones y el diputado Eduardo Santillán, presidente de la Comisión de Procuración de Justicia, cabildea a todo lo que da los apoyos para su exjefa en Donceles.
Aunque desde la oposición lo quisieran ayudar, no podrían justificar el apoyo a una acción tipo Javier Bonilla, que busca pisotear la primera Constitución de la Ciudad de México.
El primer reto para Santillán será juntar hoy el quórum para que la comisión sesione y, si logra alcanzar la votación, convencer a la Junta de Coordinación Política de que suba el tema mañana al pleno.
Para que este atraco ocurra, los morenos necesitarían juntar una mayoría calificada, que ni con sus tapetes del PES, PT y Verde Ecologista alcanzan… a menos que estén planeando alguna chicanada.
El costo de imponer a Ernestina en un cargo, para el cual evidentemente no está calificada, sería muy alto para Morena y la propia Claudia, quien por lo visto está dispuesta a pagarlo y a seguir arrastrando el lastre que la dulce Ernestina le representa.
CENTAVITOS…
En la Contraloría capitalina no se anduvieron por las ramas y, luego del chisme de que varios exmanceristas eran extorsionados por empleados de esa dependencia, desde las alturas se ordenó el cese inmediato de Roberto Ismael Vélez Rodríguez, director de Responsabilidades Administrativas, a quien alguien de adentro lo señaló como “el sapo” que pasaba corriente a los exfuncionarios implicados en alguna investigación. Si era cierto o no es la primera cabeza que rueda.
