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Capital Político

Promete Claudia a oposición no hacer chicanadas

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Adrián Rueda

Si lo que intentaban los radicales morenos era obligar a las fracciones del Congreso de la Ciudad de México a reiniciar las sesiones en Donceles para hacer alguna triquiñuela electoral rumbo al 2021, pues ya se les cebó.

En primer lugar, porque se les pasó la fecha para presentar alguna iniciativa de modificación electoral, pues la ley marca que tendría que hacerse, al menos, con 10 días de anticipación antes de ser votada por el pleno, y el periodo acaba a finales de este mes.

Además, la Ley Electoral marca que si se va a hacer alguna modificación que impacte en la organización de los comicios futuros, los congresos tendrán que aprobarla 90 días antes de que arranque el año electoral, lo que ocurrirá el uno de septiembre próximo.

A menos que los morenos quisieran hacer pasar sábado y domingo como días hábiles —lo cual no sería nada extraño—, las próximas elecciones serán con las reglas actuales y no habrá cambios de ningún tipo.

Y, en segundo lugar, la oposición obtuvo la promesa del gobierno de Claudia Sheinbaum de que, a cambio de aceptar la reglamentación de las sesiones virtuales para ir avanzando en algunas leyes, no enviará nada que tenga que ver con las elecciones venideras.

Desde el edificio del Antiguo Ayuntamiento les han estado hablando a los coordinadores de todos los partidos para darles garantías de que esta vez no habrá agandalle; lo que necesita Claudia es actualizar algunas leyes, sobre todo facilidades para salir de la crisis actual.

La oposición no se niega a trabajar y dará su voto de confianza a la propuesta del gobierno para llevar a cabo reuniones virtuales ante la pandemia sanitaria, y los morenos deberán de cumplir con la promesa de no querer hacer alguna chicanada.

Porque el riesgo de reglamentar las sesiones virtuales, tanto de comisiones como plenarias, es que Morena utilice su mayoría desde sus computadoras para hacer y deshacer las leyes, y la oposición no tenga chance ni de externar su inconformidad.

Si el gobierno ofreció hacer un pacto de caballeros… y damas, es necesario que éste se cumpla a cabalidad en bien de la democracia capitalina y de los habitantes de esta ciudad.

Para dar certeza a los coordinadores parlamentarios, desde el Zócalo les indicaron que todo lo platiquen con el diputado José Luis Rodríguez, vicecoordinador del grupo, y no con Martha Ávila, la coordinadora de chocolate.

Parece que a la diputada Ávila la ven como florero no sólo en Donceles, sino también en el Antiguo Ayuntamiento.

CENTAVITOS

Hartos de la ineptitud de su alcalde, pobladores de Tláhuac comenzaron a juntar firmas para exigir la revocación de mandato en contra Raymundo Martínez Vite, a quien acusan de haber abandonado al pueblo. Lo que en apariencia era una protesta por falta de agua, acabó en una operación política para juntar firmas y, en unas cuantas horas, se juntaron dos mil. Martínez Vite, exdiputado local, es militante de Morena y lo curioso es que quienes operaron la junta de firmas en su contra son identificados con el exdelegado y hoy diputado Rigoberto Salgado, militante del mismo partido, pero parece que no del mismo grupo. Los malpensados dicen que detrás de esta grillita está el interés de Salgado por regresar como candidato el año entrante o, al menos, evitar que el actual alcalde intente reelegirse. Bien dicen que cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde.

Periodista, especializado en política de la CDMX. Editor y columnista

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