Por La Mafia en el Poder
Cuando manifestó a sus cercanos su intención de comprarse un lujoso departamento en Miami, más de uno le recomendó prudencia a Alejandra Barrales, pues es era una de las aspirantes a gobernar la CDMX y tenía que cuidarse.
La hoy presidenta del PRD no sólo hizo caso omiso de esas recomendaciones, sino que urdió un plan para engañar a quienes exigían que hiciera pública su declaración patrimonial, y aprovechó la plataforma 3de3 para lavarse la cara.
Declaró, entre otras muchas cosas, ser propietaria de la empresa de transportes ALBAMA, aunque jamás dijo qué tipo de transporte hacía ni los activos de la empresa, pues lejos estaba de imaginar que dos años después el Senado ventilaría sus oscuras inversiones.
Había declarado la propiedad, confiando en que esos datos se mantendrían en secrecía y que solamente la versión pública sería ventilada; Alejandra subestimó a sus enemigos y hoy aparecen algunos datos en las redes.
Si es escandaloso que la presidenta del PRD nacional hubiera querido engañar con la verdad a los ciudadanos, más escandaloso es que sin empacho haya aceptado haber comprado una casa de 13.1 millones de pesos en Bosques de las Lomas, donde vive.
Esa propiedad la compró sólo unos meses antes de que invirtiera cientos de miles de dólares en Miami.
Ni qué decir del departamento de 8.1 millones de pesos que adquirió en Acapulco.
Dice Barrales que el Senado le dio 1.2 millones de retiro; que Hacienda le devolvió 70 mil pesos de impuestos; que ganó 1.3 millones en actividades financieras (cuánto tuvo que invertir para tener esas utilidades), y 10 millones de pesos en un año.
Pues resulta que se siente la nueva Slim de la política, pero ni así le cuadran las cifras.
El cuento de que vendió una propiedad que habitaba en la Del Valle –dice que le dieron ocho millones de pesos-, y que con ello dio el enganche para del departamento de Miami, lo cual podría hasta sonar lógico, algunos se lo hubieran tragado.
Claro, si no fuera porque cuando se les descubrió su actual casa en Bosques de Las Lomas, que según ella le costó 13.1 millones de pesos, dijo exactamente lo mismo: que la había comprado con el dinero que le dieron por su propiedad en Benito Juárez.
Y ahí si la dirigente perredista se está viendo como La Bartola de Chava Flores, que con dos pesos paga la renta, el teléfono, la luz, la criada, departamentos, casa, Mercedes Benz a la puerta y probablemente le alcance para un alipús.
Qué bueno que una mujer trabajadora –porque la verdad, floja no es- se haya convertido no sólo en rica, sino millonaria, sobre todo siendo una política de izquierda, esa ala que por lo general busca vivir modestamente y hasta en forma austera.
La presidenta del PRD nacional declara orgullosa ser la accionista mayoritaria de la empresa de trasportes ALBAMA, con el 99 por ciento de las acciones, pero se ha negado a explicar en qué y sobre todo qué activos tiene.
Porque antes de que apareciera como propietaria de esa compañía a Barrales no se le conocían habilidades empresariales, y mucho menos tan exitosas.
Al interior de su partido corre la versión de que la creación de esa empresa está ligada a los intereses de Silvano Aureoles en Michoacán, y que si se le rasca un poquito se podrían encontrar datos muy interesantes.
Si dirigentes perredistas tienen esos datos, nadie quiere imaginar qué más podrían tener las autoridades en el cajón para ir soltando información conforme se vaya necesitando.
Parece que 2015 fue un gran año para la senadora con licencia, pues mientras su partido era apaleado en todo el país, incluyendo en la capital de la República, que es su joya, y quedaba en la ruina, a ella le iba de maravilla en sus finanzas personales.
A lo mejor esa fue una de las razones por las que le ofrecieron la presidencia nacional del PRD, que le urgía alguien con la habilidad para hacer mucho dinero, ya que estaban –y aún están- en quiebra.
Se le fue la candidatura
Y si alguien le da otra sacudida a ALBAMA (siglas de Alejandra Barrales Magdaleno) para ver qué sale, a lo mejor la dirigente nacional no la aguanta.
Como seguramente no aguantará los filtros de lo que pudo haber sido su posible postulación a la candidatura del PRD por el Gobierno de la CDMX en 2018, pues bastaría con que le sacaran el tema para derrumbarse.
Sus enemigos no tendrían que demostrarle nada, pues a los ciudadanos les basta la simple sospecha de corrupción para castigar a lo que consideran malos políticos. El voto anti-sistema será muy pesado y los amarillos no arriesgarían con alguien así.
Más si los candidatos de Morena, que será el partido a vencer, traen el discurso de la honestidad y la austeridad; Alejandra no tendría cómo defenderse.
O sea, por segunda vez se le va el avión de la CDMX a la ex sobrecargo.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
