POR: HUGO MORALES G.
Cuando la democracia se hace pasar por los deditos levantados, las asambleas de feligreses linchadores, incitados por quien se cree poseedor de la verdad -y nada más que la verdad-, significa que en realidad estamos ante un rancio proyecto de derecha con un discurso simplista que anuncia el regreso, si es que se fue, del viejo modelo presidencialista.
En los hechos, el proyecto unipersonal de Andrés Manuel López Obrador no tiene ningún parecido con los personajes con los que lo han querido comparar para buscar golpear su imagen política y contrarrestar sus casi 20 años de campaña política, primero para ocupar la Jefatura del Gobierno de la ahora Ciudad de México, y su tercer intento por ser Presidente de la República.
Bajo su manto se acumulan personajes disímbolos, política e ideológicamente. Desde ex adoradores del Kremlin y fanáticos del desaparecido bloque socialista, pasando por castristas y residuos de diversas izquierdas y de grupos lumpen, hasta expresiones de la ultraderecha católica -a quien López Obrador ha dicho que se hincará para escuchar la voz del pueblo, si de derechos humanos se trata-, y herederos del viejo Partido Revolucionario institucional.
Suena tan hueco su discurso sobre la “mafia del poder”, tanto como el cariño personal que le expresa y el trato político que le dispensa al operador del fraude electoral de 1988, el entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz; por cierto, ambos compañeros de partido en ese entonces y súbditos de Carlos Salinas de Gortari.
Si uno revisa la historia latinoamericana del último siglo y la más reciente, no encontrará parecido de López Obrador con el perfil de los caudillos con quienes sus adversarios lo comparan con la intención de reducir sus simpatías políticas, producto de casi 20 años de
campaña, primero, para ocupar la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal y luego en su tercer intento por ocupar la Presidencia de la República.
¿López Obrador se parece a Hugo Chávez, a Evo Morales, a Luiz Inácio da Silva “Lula”, a Nicolás Maduro o a XXX Correa, incluso a la familia Kirchner-Fernández? No, en absoluto, tiene más parecido con un modelo derechista que en su momento encabezó Juan Domingo Perón en Argentina. El discurso del caudillismo latinoamericano tiene una constante: su lucha contra el imperialismo y un acendrado nacionalismo.
En el caso del político mexicano, esas no son sus características. Sus similitudes son más con el peronismo argentino embozado en un falso discurso de izquierda que coloca de manera ficticia los intereses del pueblo como su fin último. El peronismo argentino -un modelo de derecha ultraconservadoraaglutinó en un sólo saco a escoria de la izquierda, de la derecha, de la ultraderecha, de militares, lúmpenes políticos, pero sobre todo a grupos económicos y fácticos con la anuencia de las Fuerzas Armadas y la iglesia católica.
¿Qué modelo emergió de una aglutinación política de esta naturaleza? Una de las peores que se tengan registradas en la historia latinoamericana. Aplicación de un modelo económico que privilegió a sus patrocinadores, la ejecución de un modelo autoritario donde las libertades políticas y democráticas se sujetaron a la voz de la feligresía levanta dedos en juicios sumarios en asambleas populares.
¿EXISTE LA POSIBILIDAD DE QUE ALGUNO DE LOS EX PRIISTAS Y AHORA NEO REVOLUCIONARIOS LOPEZOBRADORISTAS OSEN DISCREPAR DE SU LÍDER? NINGUNA, NO HAY RASGO ALGUNO DE CRÍTICA, MUCHO MENOS DE AUTOCRÍTICA. ¿EN SU VIDA Y DESARROLLO PERSONAL Y POLÍTICO ALGUNO DE ELLOS O ELLAS SE HAN DIFERENCIADO POR ENCABEZAR PROYECTOS O PROCESOS BAJO SU RESPONSABILIDAD? TAMPOCO, SIEMPRE HAN VIVIDO BAJO EL PARAGUAS PROTECTOR DE ALGUIEN.
¿De dónde suponer entonces que esa mezcla extraña que fue el peronismo argentino, no lo va a reproducir el dedito milagroso? Se hincará ante lo que dice el pueblo, lo ha afirmado, cuando le preguntan si respetará los derechos humanos o ciudadanos ganados por la gente en luchas y movimientos sociales.
De ahí, entonces, suponer que su guía espiritual será el católico Partido Encuentro Social (PES) y su líder Hugo Eric Flores, un personaje creación de Miguel Ángel Osorio Chong. Los López Obrador, Batres, Sheinbaums, Marcelos y demás, tienen un problema, no saben lo que es ganarse los derechos en las calles, no sabrán tampoco qué hacer cuando las movilizaciones sociales los cerquen.
¿El dedito represor será la respuesta?
