Por Javier Ramírez
Algo debió encontrar la próxima Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en la comisión de reconstrucción, que decidió darle un giro completo al quitar a un técnico como Edgar Tungüí para poner en su lugar a César Cravioto, que ni técnico es y como operador político ha dejado mucho que desear.
La chamba que le espera a Cravioto no está para nada fácil. El todavía legislador local ha sido de los más críticos por el plan de reconstrucción de vivienda que implementó el ex Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y que está basado en buena parte en dar créditos de todo tipo para los damnificados.
Cravioto se ha pronunciado por la reconstrucción de vivienda a fondo perdido, que dicho de manera simple significa que el gobierno construya vivienda y se las dé a quienes la perdieron sin convertirlos en deudores.
Esta posición es la que defienden los damnificados que aún no han accedido a créditos y que, una reunión sí y otra también, ocasionan la suspensión de las mesas de negociación.
Cuando se les anuncia que parte del fondo de reconstrucción, que llegó a los 8 mil millones de pesos, se destinará para reconstrucción de vialidades o atención a la red de drenaje y agua potable, la reacción de los damnificados pasa de la incredulidad al enojo.
Lo cierto es que no podría pedirse otra postura para quien lleva viviendo casi 11 meses en casas improvisadas, con familiares o tiene que destinar una buena parte de sus ingresos a una renta que hace un año no tenía necesidad de pagar.
El problema, reconocen integrantes honorarios de la comisión, es que ni antes ni ahora se supo comunicar con contundencia y de manera correcta el uso y destino que tendría el fondo para la reconstrucción. Pues, no sólo tendrá que destinarse para la edificación de vivienda, sino también para muchos otros rubros, entre ellos por supuesto la rehabilitación de caminos y la atención a la infraestructura hidráulica.
Esas inversiones tan criticadas por los damnificados probablemente pueda secundarlas Cravioto como comisionado, sin embargo existen otras áreas que han demandado recursos y que no podrán escatimarles el dinero. Una de ellas tiene que ver con la atención a la infraestructura de los reclusorios, donde le han advertido a la comisión que de no hacerlo se generaría un problema de seguridad nacional.
¿Cómo hará Cravioto para explicar a los damnificados lo que nadie se ha preocupado por comunicar de manera eficaz?, que el dinero del fondo de reconstrucción no será solo para sus casas, sino que tendrán que atender varios asuntos más, muchos de ellos de suma importancia para el Estado, y la Ciudad.
Ojalá al coordinador de los diputados de Morena en la Asamblea Legislativa le salgan dotes que no afloraron durante la legislatura que está por terminar, y donde su liderazgo fue más un obstáculo que un puente para los consensos.
AMLO, Sheinbaum y la descentralización
Quien tiene mucho que decir sobre la pretendida descentralización que planea Andrés Manuel López Obrador, y no lo ha hecho, es Claudia Sheinbaum. Pues menudo problema se le viene encima con la salida de casi 20 secretarías y que sin un plan de compensación se le puede desplomar el PIB de la capital, que de por sí ha ido a la baja.
Si bien el plan de López Obrador podría detonar crecimiento a las ciudades donde vayan las secretarías, en la capital se desocuparán miles de oficinas, los negocios alrededor de ellas perderán los clientes que les dieron origen, y los empresarios inmobiliarios que rentan dejarán de hacerlo.
¿Cuál será el plan de la próxima Jefa de Gobierno para enfrentar ese éxodo? No se sabe, como tampoco se sabe con certeza cómo lo hará López Obrador.
Lo que piensan los urbanistas es que si en verdad se va a hacer, que sea como parte de una política integral de desarrollo más amplia, que se base en estudios serios y detallados caso por caso, y no sólo se saquen de la Ciudad sin una planeación a corto, mediano y largo plazo.
Ya se verá en los próximos meses, no qué tan en serio va esa idea, sino qué tan seriamente se sustenta y se ejecuta, y no sólo sean acciones que justifiquen el cumplimiento de promesas de campaña.
