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CDMX

El GCDMX aplica la de ‘A mis amigos, justicia y gracias…’

¿Por qué a Mancera le queda bien la famosa frase que deja ver que en la política hay beneficios para los amigos y castigos para los enemigos?

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Por La Mafia del Poder

Siempre se ha sabido que cualquier gobierno, a cualquier nivel, y aunque lo nieguen y renieguen de quién se los echa en cara, pero todos tienen ciudadanos de primera y de segunda.

Basta con que a cualquier personaje medianamente famoso le ocurra una desgracia para que las autoridades se pongan a trabajar, pues saben que tendrán encima la presión mediática.

A veces son actores, otras artistas o empresarios, incluso periodistas a quienes les roban o se enfrentan a situaciones más graves, y hasta boletines de prensa se emiten dando cuenta del inicio de las investigaciones o de la solución a las mismas.

Esta temporada de lluvias nos ha dejado con la novedad de que para el gobierno de Miguel Ángel Mancera también hay empresas de primera y de segunda.

Como buen abogado, parece que el Jefe de Gobierno aplica aquella frase inmortal atribuida tanto a Benito Juárez como a Porfirio Díaz: “A mis amigos, justicia y gracias, a mis enemigos, la ley a secas”.

Sólo que tal vez con una leve modificación, o teniendo en cuenta los tiempos electorales que vienen y donde todas las aportaciones cuentan, la frase bien podría quedar así: “A las empresas que puedan beneficiarme, justicia y gracias, a las que no puedan o quieran entrarle, la ley a secas”.

Y cómo no volverse suspicaz si el 16 de agosto pasado a OHL, empresa concesionaria de la autopista urbana norte, encargada de la construcción, mantenimiento y operación de un tramo del segundo piso, se le cayó una estructura metálica hacia carriles centrales de Periférico.

Para fortuna de todos, no provocó ni lesiones ni daños considerables a ningún conductor, sin embargo, en 2013 también se desprendió material de la misma vialidad, pero a la altura de la Fuente de Petróleos.

Entonces como ahora, el gobierno se indignó y exigió explicaciones y amenazó con sanciones y multas a OHL, pero han pasado cuatro años del primero,y un mes del último incidente, y el gobierno apostó al olvido. Nunca sancionó a la empresa española.

Pero qué pasó con OMCI, la compañía que tiene el contrato para el mantenimiento integral del Circuito Interior, y quien construyó el célebre deprimido de Mixcoac, oficialmente llamado desnivel.

Pues a OMCI se le inundó el túnel menos dos del desnivel a tres días de inaugurado, y al segundo día del hecho, el gobierno avisó de su multa por tres millones de pesos y la cancelación del contrato de supervisión para otra compañía llamada Exordium.

Así de eficaces y contundentes con unas, y así de permisivos y omisos con otra.

Hay que subrayar que OHL ha sido señalada por ser una compañía no sólo con negocios poco transparentes aquí y en España, sino por realizar importantes aportaciones a las campañas políticas, obviamente, sin que exista registro de su participación.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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