Atrás quedó el formato rígido de los debates en los que cada candidato hablaba sin interactuar con sus adversarios.
Para el debate del pasado domingo se buscó innovar y se diseñó un formato en el que no sólo hubiera intercambio de opiniones entre los aspirantes presidenciales sino también participación directa con el público presente. Esto generó expectativa.
Sólo seis ciudadanos de los 42 presentes hicieron preguntas directas a los candidatos sobre tres temas: México en el Mundo, Seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional, y Derechos de los Migrantes. Así se había acordado. Pero los cuestionamientos no fueron espontáneos, sino consensuados previamente con los organizadores y moderadores y al final fueron leídos de una hoja de papel, sin derecho a réplica o contra pregunta para el ciudadano.
Por otra parte, el foro montado en la Universidad Autónoma de Baja California, en Tijuana, facilitaba que los contendientes no sólo estuvieran parados atrás de su atril sino que podían caminar y acercarse al público, a los moderadores o a sus adversarios. Un poco como talk show.
LOS ATAQUES
LOS MAYORES ATAQUES fueron hacia López Obrador, quien lleva delantera en las encuestas. Pero a diferencia del primer debate, éste sí respondió. También se enfrentaron Anaya y Meade.
Andrés Manuel
•Le dice “mentiroso”, “farsante” y “demagogo” a Anaya. Y luego lo llama “Ricky Riquín Canallín”, y convierte esta frase en trending topic.
• “Voy a cuidar mi cartera”, dijo AMLO cuando se acercó Anaya a su lugar para enfrentarlo.
• A Anaya y Meade: “Los dos pertenecen a la mafia del poder”.
Ricardo Anaya
•Llama “farsante y mentiroso” a López Obrador por cifras de inversión extranjera en la ciudad de México cuando éste gobernó.
•Cuestiona a Meade por haber estudiado en Estados Unidos pagado por el Gobierno y a AMLO porque su hijo estudió en España, y los llamó “hipócritas”.
José Antonio Meade
•“Se necesita ser muy cínico para no conocer de Atlanta más que donde vivías sin haber visitado una sola vez los consulados y a los migrantes, le dijo Meade a Anaya.
•Responde: “No nos metas en la misma canasta”.
•Tachó de “secuestradora” a Nestora Salgado, candidata de Morena al Senado. “Esto, Andrés Manuel, queda en tu conciencia”.
•Dice que AMLO es “un gran emrpesario de la política” porque maneja un partido con más de 3 mil millones de pesos y es controlado por sus hijos.
Jaime Rodríguez
•El Bronco le entrega a AMLO un escrito para que renuncie al financiamiento público de Morena, pero éste lo ignora.
•“Estos tres se la han pasado peleando para ver quién es más rata y el más venenoso”, dijo El Bronco sobre sus adversarios.
LO INSÓLITO
•Cuando El Bronco le pide a AMLO que le dé un abrazo a Anaya y a Meade, y el tabasqueño hace un amago al cruzar sus brazos sobre su pecho y luego le da la mano a ambos. “Abrazos, no balazos”, dice.
De los cuatros aspirantes, sólo el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, se mantuvo parado junto a su atril. Los otros tres, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón aprovecharon el espacio. En este sentido, se vieron mejor preparados Anaya y Meade, candidatos de Por México al Frente y de Todos por México, respectivamente, quienes no perdieron control de su exposición mientras se movían en el escenario, y aprovecharon la oportunidad para encarar a López Obrador en su atril.
El independiente “El Bronco”, sólo se movió un par de veces, y en una ocasión lo hizo para enfrentar, también, al tabasqueño.
En cuanto a los moderadores, León Krauze y Yuriria Sierra, tenían la encomienda de guiar las preguntas de los ciudadanos y cuestionar con otras a los candidatos a fin de evitar que se desviaran de los temas. Y aunque fue una buena propuesta, se cayó en un cierto exceso de protagonismo de los periodistas que más que hacer preguntas formulaban análisis, en particular la conductora de Imagen noticias.
Respecto a las intervenciones de los candidatos, hubo intercambio de acusaciones, descalificaciones y hasta insultos, y dieron respuestas generales a las preguntas que se les hicieron. En varias ocasiones los moderadores tuvieron que insistirles en que respondieran los cuestionamientos, sobre todo que abundaran en cómo resolverían los problemas que se les estaban planteando.
Al final hubo un poco de show, pero muchas dudas sobre cómo resolverían los problemas de migración y la relación de México con Estados Unidos y otros países, en caso de ganar la Presidencia. Fue un buen ejercicio, pero no terminó por convencer.
