El 16 de abril, cuando el empresario Carlos Slim dio una conferencia de prensa para defender la construcción del nuevo aeropuerto, se abrió un nuevo frente en contra del candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador, quien ha advertido que frenará el proyecto si llega a ganar las elecciones presidenciales.
Las declaraciones del séptimo hombre más rico del mundo, primer accionista de American Móvil y del Grupo Carso, fueron refutadas de inmediato por López Obrador, quien acusó al magnate de haber sido enviado por el presidente
Enrique Peña Nieto o por el ex mandatario Carlos Salinas de Gortari, a fin de contrarrestar el avance de su movimiento.
Este desencuentro fue el preámbulo del enfrentamiento entre el aspirante presidencial y los empresarios del país, que tomó una nueva vertiente la semana pasada cuando el tabasqueño lanzó fuertes críticas en contra de quienes encabezan el Consejo Mexicano de Negocios.
Durante una gira por Zongolica, Veracruz, aseguró que algunos empresarios se habían reunido con Ricardo Anaya, candidato de la coalición “Por México al Frente”, para ofrecerle su apoyo a cambio de que le “bajara” a su amenaza de meter a la cárcel al presidente Enrique Peña Nieto, y que el panista les pidió, a su vez, que lo ayudaran a negociar con el mandatario. La negociación conllevaría a una virtual declinación del candidato de la coalición “Todos por México” (PRI, PVEM Y PANAL), José Antonio Meade, en favor del panista.
Entre los empresarios que mencionó están Alberto Bailleres González (Grupo Bal), Claudio X. González Laporte (Kimberly Clark), Germán Larrea Mota (Grupo México), Eduardo Tricio Haro (Grupo Lala) y Alejandro Ramírez (Cinépolis). “Son traficantes de influencias” que “quieren seguir saqueando y mandando”, acusó López Obrador.
Estas afirmaciones se dieron en el marco de una denuncia que hizo Javier Lozano, vocero de Meade, en el sentido de que algunos empresarios estaban presionando tanto a su candidato como a Margarita Zavala, aspirante independiente, para que declinaran en favor de Anaya, y frenar, así, al puntero en las encuestas electorales.
De inmediato, los empresarios aglutinados en el Consejo Mexicano de Negocios le respondieron al candidato presidencial con un desplegado que titularon “Así no”, en el que condenaron sus declaraciones.
“Es preocupante que alguien que aspira a ser Presidente de México denoste a quienes no comparten sus ideas”, señalaron.
“LAS CONDICIONES DE CONFIANZA Y CERTEZA JURÍDICAS SON FUNDAMENTALES PARA PRESERVAR Y PROMOVER EL AHORRO, LA INVERSIÓN, EL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y EL EMPLEO. LA CONFIANZA SE CULTIVA. NO SE DICTA NI SE OBLIGA”.
Pero López Obrador insistió en sus acusaciones, y ante un foro con los concesionarios de radio y televisión del país, les respondió a los hombres más ricos del país con duras declaraciones.
“Se sienten los dueños de México. Tienen confiscadas las instituciones. El Gobierno está secuestrado por esta minoría rapaz. Es un pequeño grupo que hace y deshace. Son los que mueven los hilos y ni siquiera dan la cara”, afirmó en la 59 Semana Nacional de Radio y Televisión.
Y agregó que ese grupo de empresarios está haciendo política y apoyando a otros candidatos, además de que están promoviendo y financiando “la guerra sucia”.
“Para ser claros, no quieren dejar de robar y no quieren dejar el privilegio de mandar”, remató. López Obrador ha señalado al mencionado grupo de empresarios como artífices de la “guerra sucia” en su contra durante la elección presidencial del 2006.
Posteriormente, el presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, salió en defensa de sus agremiados, pero en especial de cuatro de los que mencionó López Obrador.
“Les decimos a todos los candidatos en todos sus niveles que no se equivoquen, que defenderemos sí a Claudio, sí a Germán, sí a Eduardo Tricio, sí a Alejandro Ramírez, pero sí a cualquier empresario que pretenda ser privado de su derecho de disentir, de su derecho a emprender, a su derecho a defender la empresarialidad”, afirmó en una reunión con empresarios en la Expo Guadalajara.
Y para rematar, este lunes el Consejo Coordinador Empresarial publicó otro desplegado en el que, sin mencionar a López Obrador, pero claramente dirigido a él, hace un llamado a la unidad, y manifiesta su rechazo a la división. Asegura que los empresarios no son causantes del problema, sino parte de la solución. El documento está firmado por 400 organismos empresariales.
El domingo pasado, el candidato presidencial tuvo conocimiento de que se publicaría dicho desplegado, por lo que en un mitin en el municipio de Guadalupe, Nuevo León, sacó un pañuelo blanco en señal de paz, aunque advirtió: “Con los empresarios, amor y paz; con la mafia del poder, la aplicación de la ley y el Estado de derecho”.
