‘Son necesarios estudios de impacto integrales en obra de Línea 7 del Metrobús’

Los planes de infraestructura vial y de transporte que se desarrollan en la Ciudad deben de contar con un estudio de impacto integral que analice los efectos secundarios de su operación, que de ser negativos, tendrían que suspenderse o modificarse el proyecto original.

Angélica Lozano Cuevas, investigadora de la Academia de Ingeniería, puntualizó que en el caso del proyecto más reciente en la Capital, el de la Línea 7 del Metrobús, los estudios que ha hecho públicos la autoridad no contemplan una visión integral, por lo que solicitó que de existir, los muestren para su evaluación.

Se desconoce, dijo, qué pasará con las rutas que ya hay sobre Paseo de la Reforma con los impactos por zona y colonias, no sólo a nivel de calle y banquetas, sino para tener una proyección a futuro e irlo modificando y mejorando.

“Casi todos los puentes muestran los impactos negativos, tenemos el de Churubusco, los primeros días no se congestionaba, y ahora véanlo en las horas pico, lo que pasa es que salen a vialidades que no tienen capacidad para soportar todos los que vienen bajando.

“Cuando se toma la decisión de qué obra construir, se tiene que tomar en cuenta toda la red de infraestructura vial y también todos los modos de transporte que existen para ver cuál es la mejor forma de comunicarlos y sirvan de manera integrada”, consideró la también catedrática en el Instituto de Ingeniería de la UNAM.

En el corto plazo pareciera que todas las obras sirven y resuelven los problemas, pero pasan 10 años y no se hace nada, todo cambia, hay necesidades de viajes y todo termina por superarse, señaló.

Es necesario, puntualizó, que los recursos no se den para infraestructura, a menos que se demuestre que sí tienen impactos positivos generales y se revisarán a futuro las posibles modificaciones.

Desafortunadamente, continuó, esa ausencia de estudios integrales no significa una omisión o una violación de las autoridades, porque no están obligados a presentarlos ni para arrancar trabajos ni para recibir fondos.

“Pasa que el gobierno estatal hace una obra, pero no prevé nada de los impactos negativos, entonces, le deja un problema a la siguiente administración o al gobierno municipal, que tiene que resolver y no tienen recursos para hacerlo”, concluyó.