Por Elena Chávez González
@88ElenaChavez
Desde siempre se ha dicho que todo tipo de fantasmas rondan la vieja casona que alberga la Secretaría de Gobernación; espíritus malignos que durante décadas ordenaron acciones violentas contra mexicanos que alteraban el orden público, poniendo en peligro las ambiciones políticas del secretario en turno: los estudiantes en Tlatelolco son, a pesar del tiempo, los más significativos porque murieron decenas, centenas o quizá miles de jóvenes…
Hoy, en lo que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dice que será “la cuarta transformación”, hay diversos personajes públicos que han sido vistos en los pasillos de Gobernación. En especial me referiré a dos de ellos: Joel Ortega Cuevas y Leonel Godoy, ambos muy posiblemente serán funcionarios de esa dependencia.
Las voces que susurran terribles lamentos cuentan que el ex secretario de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal, Joel Ortega, será nombrado director del Instituto Nacional de Migración, que, de acuerdo a su historia, pareciera que tiene como obligación violar sistemáticamente los derechos humanos de millones de migrantes, principalmente centroamericanos, que han dejado sus países en busca de una mejor vida para sus familias.
Si este nombramiento se concretara, sí habría una transformación en el trato a hombres, mujeres, adolescentes y hasta niñas y niños, que se juegan la vida por atravesar nuestro país para llegar finalmente a Estados Unidos, trabajar, ganar dólares y sacar de la pobreza extrema a sus familias.
Ortega Cuevas es un político con experiencia, un servidor público con vocación, pero, sobre todo, es un hombre sensible. La vida, mejor dicho algunas personas le han jugado chueco, como suele suceder siempre en la política. No obstante, ha sabido guardar la cordura y esperar.
Migración es, sin duda, un reto mayúsculo: no se puede exigir trato justo para nuestros connacionales cuando en nuestro país se denigra, humilla, ofende y lastima física y emocionalmente a otros seres humanos que sufren por la pobreza. La historia nadie la puede borrar, lo que sí se puede cambiar es la política migratoria, si se tiene voluntad.
¿Migración entrará a una etapa de exorcismo de la mano de Joel Ortega?
En el caso de Leonel Godoy, quien también fue secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, las voces fantasmales cuentan que no será subordinado de Olga Sánchez Cordero, sino activo importante de Alfonso Durazo, titular de la SSP federal, quien hasta el momento sigue sin explicar cuál será su estrategia para apaciguar al país, porque en sus foros las víctimas no quieren perdón ni olvido, sólo justicia.
Godoy no ha generado expectativas muy favorables en la vieja casona del Palacio de Cobián, como también se le conoce a Gobernación, dado que sus cuatro años como gobernador de Michoacán fueron de violencia e incremento del crimen organizado. ¡Vaya tarea!
