Como los felinos viejos, si Miguel Ángel Mancera no mata al cachorro de jaguar que anda suelto rumbo al 18, la manada del llamado Cuarto Polo podría cambiar de líder.
Parecería una broma pensar que el senador Armando Ríos Piter, mejor conocido como El Jaguar del Sureste, puede entrar en serio en la jugada por la sucesión presidencial, pero la declinación del excanciller Jorge Castañeda en su favor deja entrever otro panorama.
Castañeda no es nuevo en la política y no habría hecho a un lado sus aspiraciones como independiente en favor de Ríos Piter si no hubiera olfateado algo en el ambiente o, peor… si no tuviera un as bajo la manga de los acuerdos.
Y es que en el mundo comienza a darse una oleada de políticos jóvenes, poco conocidos, que conectan perfectamente con los millennials, o sea, con los jóvenes cibernéticos menores a 35 años que viven de internet y que serán mayoría en el padrón de 2018. Primero en Canadá con Justin Trudeau, de 46 años, y más recientemente en Francia con Emmanuel Macron, de 39; los jóvenes con ideas modernas parecen ser la esperanza del mundo moderno.
En apariencia, Mancera se perfila para ser el representante del llamado Cuarto Polo, que lo integran intelectuales, artistas y empresarios, coordinados por Cuauhtémoc Cárdenas, para ser una opción ciudadana en las próximas elecciones. El jefe de Gobierno busca posicionarse al frente de esa opción y ya empezó a trabajar para ello, pero conociendo a Cárdenas y, sobre todo, al veracruzano Dante Delgado, otro de los que están detrás del movimiento, no pondrán todos los huevos en una sola canasta.
Quizá quieran dejar correr a El Jaguar para que se mida con el jefe de Gobierno y, al final, ver cuál es la mejor opción. La ventaja del senador independiente (renunció al PRD) es que no tiene mucha cola que le pisen y se negó a sumarse a Morena. Los electores no tienen en el horizonte ninguna opción nueva, fresca, que no haya sido gobierno y tenga cola que le pisen, por lo que una nueva apuesta sería una posibilidad de voto para castigar a los políticos tradicionales.
Ríos Piter no tiene estructura, no cuenta con tribu ni partido que lo apoye; quizá esa debilidad pueda ser su atractivo y la jugada de Castañeda, al declinar por él, deja ver que algo se está gestando detrás. Por eso, como los felinos viejos que se sienten amenazados por los cachorros que no son de su camada, Mancera tendría que valorar deshacerse de él —políticamente, claro—, ahora que empieza a ronronear.
Porque, en campaña, pudiera ser un contraste contra los políticos “de siempre”: el PRIAN, el PRD y el propio Morena, que no proponen nada nuevo y cuyos candidatos visibles ya sufrieron un importante desgaste que no les da la confianza ciudadana. ¡Ojo!, parecerá broma, pero un joven jaguar merodea por la planicie política.
CENTAVITOS… Muy buena broma la de Mancera al inaugurar una clínica en Venustiano Carranza, donde elogió a los hermanos Julio César e Israel Moreno al decir que ellos son morenos, pero de los buenos. Quizá fue lapsus, pero de que la raya del jefe de Gobierno con los pejistas está bien marcada, nadie lo duda… Quizá sea simple cortesía de Leonel Luna dejar que en las negociaciones sobre la Ley Electoral el panista Jorge Romero ocupe la cabecera de la mesa, reservada tradicionalmente para el jefe, pero el mensaje puede ser malinterpretado, pues dicen que la forma es fondo y que el poder no se comparte. Si de por sí hay algunos que piensan que Romero influye demasiado…
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/05/10/1162584
