Jorge Alberto Lara
En días pasados el presidente de la República emitió un memorándum en el que, entre otras cosas, instruía a los secretarios de Educación Pública, Hacienda y Crédito Público y Gobernación a desacatar las disposiciones que en materia educativa contiene la Constitución Política.
A propósito de dicho comunicado, diversos constitucionalistas expresaron sorpresa y preocupación sobre sus implicaciones para el orden público, por el carácter de precedente que puede llegar a significar la mencionada directriz superior para no obedecer la ley.
En tal sentido, abogados pertenecientes a diversas corrientes y escuelas del pensamiento filosófico jurídico como Diego Valadez, Miguel Carbonell, Sergio López Ayllón, Elisur Arteaga, José Ramón Cossío, Pedro Salazar Ugarte, Francisco Burgoa y Javier Cruz Angulo, entre otros, manifestaron que dicho documento carece de validez y que supone un precedente preocupante para el orden jurídico nacional.
Del mismo modo se expresaron los principales colegios de abogados del país como la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados y la Asociación Nacional de Abogados de Empresa.
Coincidiendo, emitieron sendos planteamientos la Comisión Nacional de Derechos Humanos y los representantes de diversos organismos de la sociedad civil como Mexicanos Primero y la Confederación Patronal de la República Mexicana. Del mismo modo, prácticamente todos los liderazgos formales de los partidos de oposición expresaron sus puntos de vista reprobatorios.
Es difícil recordar una reacción de rechazo que hubiese gozado de tal grado de consenso y espontaneidad respecto de acción o expresión de algún presidente del país.
Por su parte, el jefe del Ejecutivo tuvo una respuesta en la que no se guardó su ánimo de reclamo ante las opiniones de los expertos. En su cuenta de Twitter, López Obrador escribió: “Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda de que la única doctrina de los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados.”
Como se puede ver, el twit del presidente está plagado de generalizaciones, apelaciones ad hominemy falacias infamantes. Además, fue del todo inoportuno al emitirse unas horas después de la masacre en Minatitlán que aún tiene al país en medio de la preocupación y la conmoción.
En el fondo de la cuestión, tanto el presidente como los miembros de su partido, señalan que el memorándum encierra un principio de justicia y que por tal razón se justifica el desacato constitucional.
Cualquier estudioso del derecho sabe que la tensión entre la ley y la justicia es uno de los más añejos temas de la filosofía jurídica. Lo anterior ha significado una incesante búsqueda de coincidencias entre la norma escrita y la realización de bienes jurídicos superiores como la justicia, la seguridad jurídica y el bien común.
Las principales escuelas del derecho occidental como el iusnaturalismo, el iuspositivismo y el realismo sociológico, y todas sus derivaciones, contienen un discurso esencial referido al dilema entre la forma y el contenido de la norma.
Las atroces experiencias del siglo XX dejaron muchas lecciones para el derecho, una de ellas es que los correlatos sustantivos y formales que se expresan en una constitución democrática, deben ser respetados y honrados a efecto de darle certidumbre a las sociedades y sus autoridades. El riesgo de obrar en sentido contrario es acercarse a escenarios de falta de certeza que desembocan en expresiones autoritarias.
