Carla María Petrella
El Centro Histórico, uno de los lugares con más atractivos y riqueza arquitectónica en la Ciudad, es hoy un espacio inseguro, con malos olores, oscuro, mal asfaltado, lleno de ruido, ambulantes y personas que viven en situación de calle, lo cual le ha restado majestuosidad. Quizá por ello la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció la semana pasada un plan de rescate de la zona, que entre otras cosas busca unificar los perímetros A y B.
El renacimiento que tuvo el Centro Histórico durante el gobierno de Marcelo Ebrard se fue perdiendo con el paso de los años, hasta convertirlo en lo que hoy es: una zona que aun cuando siendo visitada, cada día es más caótica debido al abandono en que la dejaron las autoridades. Al deterioro en infraestructura se suma la inseguridad, problema que ya fue reconocido por el alcalde de Cuauthémoc.
Pero las malas condiciones en que se encuentra el Centro no son nuevas; en realidad el resurgimiento del Centro Histórico se dio durante el gobierno de Marcelo Ebrard que hizo un rescate del perímetro A, convirtió en peatonal la calle de Madero y retiró a los ambulantes.
Durante el gobierno del hoy canciller comenzó un rescate que dio visibilidad a la zona. Miles de personas acudían a conciertos, compras, a los bares y cafés que proliferaron. Incluso algunos decidieron mudarse a vivir en la zona.
Ante todo, era un lugar limpio y seguro.
Con el paso de los años el esplendor se fue perdiendo y hoy lo que vemos son decenas de personas en situación de calle a cualquier hora del día en calles como 16 de Septiembre, Palma, Madero, en los arcos donde están las oficinas del Congreso Local e incluso en la esquina del Palacio del Ayuntamiento, donde despacha la jefa de gobierno. La basura, el olor a orines y los asaltos se han convertido en el pan nuestro de cada día, además del ruido sin control que generan los antros de Regina y Madero.
Otro asunto que se encuentra desatado es la violencia, particularmente la dirigida a los comerciantes, tanto establecidos como informales, que son extorsionados por el cartel La Unión de Tepito, situación que apenas en días pasados arrojó dos muertos.
Ante ese escenario, la jefa de gobierno anunció que serán intervenidos los perímetros A y B con un programa para mejorar la iluminación, promover la inversión privada para viviendas y comercios, repavimentación con concreto hidráulico, ampliación de banquetas y arreglos a fachadas de 36 edificios; la recuperación del barrio universitario, Santa María la Redonda y la construcción de un Centro Cultural Indígena.
Todo ello será sin duda de utilidad y ayudará a “levantar” la zona, pero falta conocer la intervención social que se realizará con las personas que actualmente duermen en las calles, y las que habrá de implementarse en materia de seguridad, tanto para proteger a los visitantes como a las familias que por generaciones han ejercido el comercio y hoy ven amenazada su actividad.
De entrada el anuncio de Claudia Sheinbaum es bueno, aunque recuerda mucho a las acciones que hace 9 años emprendió quien en su momento fuera considerado el mejor alcalde del mundo. El reto para la jefa de gobierno es igualar ese trabajo y, de ser posible, mejorarlo especialmente si toma en serio a quienes la miran como posible sucesora del presidente y en tal arena adversaria directa de Marcelo Ebrard.
