Connect with us

Influyentes

TROYA / La 4T entre víctimas y victimarios

Criminalizan a las mujeres por sus reclamos ante la ola de violaciones sexuales y feminicidios con la actitud paranoica que por años ha perseguido al principal líder de Morena de que todo lo que se haga en su contra está orquestado por la perdida de intereses de unos cuantos, es terrorífico, con la vida no se juega.

Published

on

Elena Chávez González

No hay error más grande que llegar al poder y olvidar lo que dijeron e hicieron como oposición para ganarse la confianza de la ciudadanía, me refiero en particular a la posición asumida por dos mujeres que olvidaron su género y su obligación de estar del lado de las víctimas y no de los victimarios: Beatriz Gutiérrez y Claudia Sheinbaum que vieron en las protestas de las mujeres más una provocación para la cuarta transformación y un insulto para los monumentos históricos que el derecho legítimo a exigir justicia.

Criminalizan a las mujeres por sus reclamos ante la ola de violaciones sexuales y feminicidios con la actitud paranoica que por años ha perseguido al principal líder de Morena de que todo lo que se haga en su contra está orquestado por la perdida de intereses de unos cuantos, es terrorífico, con la vida no se juega.

La discusión en torno a la lucha contra la violencia de género que padece nuestro país, en especial la Ciudad de México, calmó un poco los ánimos ahora que Claudia Sheinbaum sostuvo que “habrá una sanción ejemplar (contra el) policía que violó a una joven cuando acudió a hacer una denuncia ante el Ministerio Público”, medidas de ese tipo no deben depender de la voluntad de autoridad alguna sino debieran ser acciones permanentes, o al menos eso es lo que dice la ley que tristemente no se cumple.

El tardío pronunciamiento de la jefa de gobierno de la Ciudad de México poco contribuye a mitigar el hartazgo no sólo de la población femenina sino de una amplia mayoría de capitalinos indignados por la impunidad con que actúan los agresores de mujeres

Nunca será ocioso repetir que las mujeres son objeto de constantes agresiones sexuales, físicas, sicológicas y económicas, que, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se han denunciado 206 feminicidios durante los últimos cinco años, 18 de los cuales fueron cometidos durante los primeros seis meses de 2019.

De acuerdo con las querellas presentadas ante autoridades judiciales, se estima que, a nivel nacional, 51 mujeres son agredidas sexualmente cada día, cifra que podría ser mucho mayor al considerar la cifra negra, es decir la de los casos en que las víctimas prefieren guardar silencio por miedo a represalias.

El tema de las agresiones contra mujeres no es nuevo, y seguramente seguirá presente en el debate nacional durante mucho tiempo por tratarse de un asunto complejo lo mismo en sus causas como en sus consecuencias, pero tener que esperar situaciones como la de un policía que en plena Procuraduría abusa de una joven que acude en busca de apoyo y de justicia, para “tomar medidas” resulta indignante, pero, sobre todo, debe movernos a reflexionar.

A partir de la marcha del 16 de agosto, la violencia de género ha acaparado la atención pública: en esa fecha ocurrieron diversos hechos que trataron de ser aprovechados para distraer a la población, como las pintas en el Ángel de la Independencia. En ese momento las autoridades pretendieron soslayar las demandas de las inconformes, sobreponiendo la preservación del patrimonio histórico al bienestar de las mujeres, tema en el que persiste una deuda histórica.

Tal parece que necesitamos héroes (o más bien mártires) para escribir las páginas correctas de la historia: las demandas de “las que destruyeron el Ángel de la Independencia” (ni la realidad reflejada en las estadísticas del SESNSP ) fueron insuficientes para motivar a Claudia Sheinbaum no a tomar “medidas ejemplares” contra los violadores, sino simplemente para cumplir el principal compromiso de cualquier jefe de gobierno que es el de brindar seguridad a la población, y más siendo mujer ella misma.

A comparación de los hombres, las mujeres somos más aguerridas, así que el enojo de cientos, miles de ellas que han sufrido algún tipo de atropello o han perdido a una madre, hermana o amiga está latente y deben estar alertas de que cualquier agresión más contra las féminas desencadenará no la pinta de inmuebles sino la caída de la cuarta transformación en la Ciudad de México.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes