Lo que el periodista Carlos Loret publicó ayer en su columna de El Universal acerca del reclamo de Claudia Sheinbaum al doctor Hugo López-Gatell por mentirle al Presidente en el tema del coronavirus no es tan sorprendente.
No se sabía que la jefa de Gobierno le hubiera dicho directamente en su cara: “¿Cuándo vas a dejar de mentirle la Presidente?”, como lo asegura el periodista, pero sí eran evidentes los roces entre el vocero para la pandemia y la funcionaria.
Según Loret, hace cosa de un mes, Sheinbaum encaró al subsecretario de Salud para reclamarle. Dice que la información se la confirmaron tres fuentes; dos de ellas presentes en la reunión.
Los choques entre la jefa de Gobierno y López-Gatell no son raros; lo raro es que coincidan en las cifras sobre la pandemia.
Incluso Claudia fue la primera que aceptó —contrario al propio Presidente— que el conteo de personas fallecidas no era exacto, pues a quienes morían sin tener una prueba de covid-19 antes no se les incluía en la lista.
Las diferencias son bastante entendibles, debido a que la jefa de Gobierno es científica y no le checan ni las cifras ni las proyecciones que cada noche da el subsecretario de Salud, porque no tienen ningún rigor científico.
Y es que López-Gatell se ha tropezado con su lengua en innumerables ocasiones, pues lo mismo da una fecha del pico de la pandemia que la cambia, según se ve rebasado por la realidad.
Igual pronostica un número de contagios y muertes y, al menos en tres ocasiones, ha tenido que cambiarlos. Sale a decir primero que la curva se ha aplanado y después que todo el país está en rojo por el alto contagio del virus.
Con esos datos, El Peje ha mentido también en más de una ocasión, cayendo incluso en mensajes irresponsables como invitar a todos a salir y a abrazarse; luego a guardarse y ahora otra vez a salir, cuando la pandemia está en pleno crecimiento.
Ayer mismo, el Presidente decía que el riesgo estaba bajando y que en la CDMX había disponibilidad amplia de camas para enfermos, mientras que Claudia tenía otros datos: si bien los hospitales no están desbordados, sí la están sufriendo mucho.
Entre la comunidad médica y científica —no sólo nacional, sino de fuera-, López-Gatell se ha convertido en el hazmerreír con sus chimoltrufias declaraciones y por las maromas que tiene que hacer para justificar que el Presidente se vaya por la libre.
Lo malo para los mexicanos es que el doctor es el que recomienda las acciones a seguir en la pandemia y el Presidente las respalda. Quizá eso sirva para las aspiraciones políticas de ambos, pero no para preservar la salud y la vida de los ciudadanos.
Ahora se entiende por qué los gobernadores —incluyendo a Claudia— no confían en López-Gatell; es un mentiroso de cuarta.
CENTAVITOS
Ya que en Donceles a los morenos no les incomoda ser floreros, habrá que ver con qué flor se identifican. Con la de cempasúchil, los que políticamente ya están muertos; con los dientes de león, los que se desbaratan con un soplido. Con las nochebuenas, los que nomás tendrán aguinaldo este diciembre; con la flor de árnica, los que tienen que sobarse cada rato por las golpizas políticas que se llevan; con las magnolias, las perfumadas en exceso, o con las margaritas, porque ya están deshojadas. Que cada quien busque la flor con la que más se identifica.
