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Capital Político

Mancera, el Alito del PRD

Al más puro estilo de Alito había jurado que sobre su cadáver pasaría esa reforma

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¿De qué tamaño debe ser lo que se comió Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno, para que al más puro estilo de Alejandro Alito Moreno se doblara hasta tocar con la cabeza la alfombra del Senado y votara en favor de la militarización del país?

El coordinador de la bancada del PRD —que ni siquiera debería ser bancada, por no tener un mínimo de cinco senadores—había sido de los más decididos en rechazar la iniciativa presidencial de ampliar el control de la Fuerzas Armadas sobre la Guardia Nacional.

También al más puro estilo de Alito había jurado que sobre su cadáver pasaría esa reforma, pues a todas luces era perjudicial para el país. Incluso, juró que se moriría en la raya con la alianza opositora para frenar esa intentona.

Se rumoraba que lo iban a presionar con el Cártel Inmobiliario que, afirman, creció durante su gestión al frente del Distrito Federal, en complicidad con empresarios y líderes opositores.

El senador perredista no se despeinaba, pues sentía que estaba legalmente blindado, y nada le podrían probar; no pasaría de un poco de ruido y ya.

La cuota de presuntos culpables ya estaba pagada con el encarcelamiento de algunos de sus más cercanos funcionarios, además de las órdenes de aprehensión vigentes en contra de otros, que andan fuera del país.

¿Por qué de pronto comprendió que no estaba del todo mal ampliar por cinco años más el control de los militares sobre la Guardia Nacional, que debería ser civil?

Dicen que algo delicado deben haber encontrado en la laptop decomisada a un exelemento de la Procuraduría General de Justicia del DF, que fue arrestado como presunto operador de un centro de espionaje que funcionó directamente para Mancera.

En ese centro, su gobierno espió a todo mundo, llámense políticos, empresarios, periodistas o todo ciudadano que pudiera afectar alguno de sus intereses, pero aun así no bastaba.

Entonces apareció una filtración —¿otra?— de Ernestina Godoy, cuya fiscalía aseguró haber recibido una carta de Jaime Slomianski, su extitular en la Agencia de Gestión Urbana, quien reveló que el centro de espionaje representaba jugosas ganancias económicas para su exjefe.

Al principio nadie creyó eso, pues como jefe de Gobierno Mancera no tenía necesidad de andar extorsionando con información delicada a nadie para enriquecerse… sólo era para temas políticos.

Pero vino un repentino cambio de opinión del senador para apoyar a Morena en la militarización del país, y entonces muchos entendieron eso de que “se beneficiaba económicamente con su centro de espionaje”, pues se filtró otra parte de la carta de Slomianski.

El exfuncionario confesó que desde ahí se hacían tareas de inteligencia para detectar predios susceptibles de ser invadidos o desalojados, a fin de construir grandes desarrollos inmobiliarios, para su beneficio personal y el de sus cómplices.

Dicen que algo debe haber de cierto en eso, como para que Mancera se inclinara de esa forma y así se convirtiera en el Alito del PRD.

CENTAVITOS

Por otro lado, un juez otorgó ayer un amparo a Jesús Orta Martínez, exsecretario de Seguridad Ciudadana de Claudia Sheinbaum, quien era buscado por las transas que hizo cuando perteneció a la Policía Federal. Orta Martínez no podrá ser aprehendido, a pesar de los millones que se llevó, pero eso sí, el Poder Judicial vinculó a proceso a Daniel Tabe, padre del alcalde en Miguel Hidalgo, por tratar de impedir con un cuchillo que le clausuraran su changarro. En la justicia de la 4T hay niveles.

Periodista, especializado en política de la CDMX. Editor y columnista

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