Qué casualidad que previo a su llegada como presidente de la Conago a Mancera le revienta una rachita de violencia en la CDMX.
A nadie engañan los perredistas con sus cifras; y de los morenos la cosa no fue muy diferente.
Cuando fue delegada se mudó a Polanco y se olvidó de la colonia Del Toro, donde vivió.
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