El abierto coqueteo lanzado el miércoles por el delegado Ricardo Monreal a Miguel Ángel Mancera para ir juntos en un proyecto de izquierda en 2018, tanto a nivel nacional como en la Ciudad de México, escandalizó a más de un moreno que fue corriendo a llevar el chisme.
Durante un evento para presentar la rehabilitación de un campamento olvidado por los sismos de 1985 en la delegación Cuauhtémoc, el zacatecano aprovechó la presencia del jefe de Gobierno para buscar un acercamiento político más en serio.
Y es que luego de que Monreal calificó a Mancera como un político progresista y liberal, “con amplia influencia en las fuerzas progresistas”, los oficiosos de Morena corrieron a llevar el chisme –corregido y aumentado– a los jefes.
En términos llanos, lo que el zacatecano propuso al jefe de Gobierno es buscar la unión de las izquierdas y olvidar “la mezquindad”, pero eso significaría que los jefes de tribu se sentaran a platicar, cosa que se ve inviable.
El problema de esa alianza sería que a nivel nacional ni Mancera ni Andrés Manuel López Obrador han manifestado intención alguna de dialogar, sino al contrario. El Peje ha dicho que “con el PRD ni a la esquina”, y el mandatario dijo que no es con amenazas como se convoca a un diálogo.
La posición de Monreal de promover una alianza amplia entre las izquierdas no es nueva y de hecho López Obrador conoce esa idea, aunque ha dejado muy claro que no comulga con ella.
Lo que en situaciones normales tendría que ser algo no sólo lógico, sino hasta deseable —una alianza de fuerzas progresistas—, parece que tanto en Morena como en el PRD es un pecado capital que merece la horca.
Quizá, no se han dado cuenta que la simpatía de los electores en todos los niveles está con las fuerzas de izquierda, pero como están divididas no le alcanza a cada grupo por separado para ganar en las urnas, incluso la Presidencia de la República.
Por ello, lejos de reconocer la iniciativa de Monreal como positiva, en Morena la están utilizando como pretexto para echarle lumbre a la hoguera y acusarlo de “traidor” hacia López Obrador, quien ha dicho que los morenos van solos en el 18.
Seguramente sus declaraciones pesarán a la hora de que ese partido decida sobre quién encabezará la lucha por el gobierno capitalino el año entrante. Cuando menos serán usadas ante la militancia para restarle votos al zacatecano y favorecer otra opción.
Eso por supuesto que será malo para Monreal, aunque por el lado positivo quedará su mensaje de unidad hacia la población abierta, por si Morena decide tomar en cuenta a los ciudadanos de a pie para elegir a su candidato.
Si el zacatecano quería causar escándalo en el pejismo –y también en parte del perredismo— lo logró. Incluso, sus palabras alcanzaron al viejo edificio del gobierno capitalino, donde algunos secretarios se sintieron incómodos.
CENTAVITOS… A lo mejor se le chispoteó a Leonel Luna o quizá ya esté en curso la baja del moreno César Arnulfo Cravioto como integrante de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, por sus inasistencias a ese poderoso órgano en Donceles. Y es que los morenos se quejan de que la Comisión de Gobierno sesiona en secreto y nadie sabe qué, pero el asiento que les dieron desde el inicio de la Legislatura permanece vacío, pues no lo quieren tomar. Así que si no se enteran, es que no van; si no van es porque no les interesa. Por eso Luna dice que se los van a quitar.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/05/12/1163019
