Por La Mafia en el Poder
Mañana es día clave para saber cuál será el futuro del periódico La Jornada, que desde hace ya varios meses está metido en un lío interno laboral, debido a sus endebles finanzas que lo tienen al borde la desaparición.
Los trabajadores deberán decidir si se van al paro de labores o aceptan modificar sus condiciones contractuales, que les significaría una reducción de hasta el 50 por ciento de sus percepciones.
Si estalla la huelga desparece el diario; si no estalla la huelga, desaparece el sindicato.
Así de simple es el conflicto laboral y económico que vive un diario emblemático de la capital del país, con el que se identificaba un amplio sector de la izquierda y movimientos sociales y universitarios, cuya influencia fue dejando en el camino a la par que acercaba su línea editorial y económica a los gobiernos locales o federales en turno.
Si mañana 19 de mayo el sindicato escuálido decide “parar” la producción y cerrar las instalaciones sobre avenida Cuauhtémoc, en la Ciudad de México –suponiendo que tenga capacidad de convocatoria- el rotativo tamaño tabloide no volverá a circular, cerca de 350 trabajadores se quedarán sin nada y un amplio núcleo de reporteras, reporteros, editores, diseñadores, quedará en la calle sin fuente de trabajo.
Las autoridades laborales tienen en sus manos declarar que el conflicto de naturaleza económica otorga la razón a la empresa para cancelar prestaciones sociales –entre las más jugosas en el mercado laboral periodístico–, y la antigüedad de decenas de trabajadores.
Siendo así, no tendrá razón de ser el emplazamiento a huelga del “combativo” y “poderoso” sindicato.
En consecuencia, aún y con Contrato Colectivo de Trabajo, perderá por naturaleza propia la representación sindical y su fin estará anunciado.
La huelga no es la opción; mejor algo que nada, dicen quienes ahí laboran.
El Sindicato lo sabe; carece de fuerza como para parar a la empresa.
Los trabajadores quieren una fuente de empleo. Son mujeres y hombres de todas las edades.
Los mayores, porque no tendrían opción laboral y quienes son jóvenes, porque la oferta laboral es escasa. A la calle, sin trabajo y sin salario, no es su mejor opción.
Las denuncias de la lideresa sindical en programas radiofónicos no dejan de ser peroratas al aire.
Quieren salvar al diario
Aunque de manera soterrada, ya hay varias manos que intentan darle una manita al periódico, inyectando dinero fresco en estos momentos para darle respiración artificial y no dejar que muera… no ahora.
Viene un proceso electoral de suma importancia y sus páginas son necesarias para un buen número de sectores de la sociedad.
La Jornada se volvió un diario de periodismo militante, predecible y con poco tiraje y menos credibilidad, pero sigue siendo necesario para el sistema.
Quizá por ello hay quienes intentan que sobreviva el diario; algunos son identificables por su movilidad, ahora como salvadores.
Ahí la izquierda y los anti-partido se ven reflejados, por lo que la apuesta es que sobreviva el diario y muera el sindicato.
Nada sobre millonario decomiso
Hace ya casi tres semanas que policías preventivos de la CDMX decomisaron nueve millones de pesos en efectivo a un par de escoltas que circulaban en un auto blindado en Polanco y nada más se ha sabido.
Quizá por ese motivo sea prudente hacer unas cuantas preguntas:
1.- ¿Cómo fue que detectaron que los escoltas trasladaban dinero?
2.- ¿Fue un caso similar al del ex director Jurídico de la Cuauhtémoc, Pedro Pablo de Antuñano y quién dio el pitazo y para qué?
3.- ¿De quién era el dinero?
4.- ¿Dónde quedó el dinero de los escoltas en Polanco?
5.- ¿Por qué no se presumió lavado de dinero de procedencia ilícita y se dio conocimiento a la PGR?
6.- Tiene vínculo con el dinero decomisado el viernes pasado en la Escandón? Un millón de pesos en efectivo, en modus operandi similar. En un retén se detiene a un vehículo donde viajan personas y en la cajuela halla el dinero.
7.- ¿Quién está detrás de ello y para qué?
8.- ¿Desde la SSP, la PGJ o la Semovi se está articulando algo con ganas de exhibir a quiénes?
9.- ¿Es tan eficiente la capacidad de investigación de la policía capitalina para detectar ese tipo de operaciones?
10.- ¿De dónde procede el dinero?
11.- ¿Se busca golpear a adversarios políticos locales?
12.- ¿Es el anuncio de cómo será la sucesión de Mancera?
13.- ¿Es una advertencia de quién y para quiénes?
Bueno sería que al menos unas cuantas de estas preguntas las despejara la autoridad.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
