Cada vez son más comunes las noticias en las que funcionarios públicos emanados de Morena están implicados en actos de corrupción, lo que pega en la línea de flotación del discurso central del partido que tiene como bandera la honestidad.
Por supuesto que eso de que son ajenos a las transas es un invento que nadie les cree, pero les había dado dividendos ante el hartazgo de la gente por la impunidad con que los servidores públicos saquean las arcas del gobierno y no les pasa nada.
Pero su política de abrir las puertas del partido a cualquiera con tal de que les dé recursos y votos les está resultando fatal, pues al “absolver de sus pecados” a quienes han delinquido y volverlos “puros” al convertirse en morenos les empieza a cobrar una factura muy alta.
El primer ejemplo fue el escuadrón de aviadores que los diputados de Morena tenían en la nómina de la Asamblea Legislativa del DF y que, según el diputado Mauricio Toledo —quien hizo la denuncia y presentó las pruebas—, sumaban 103 millones de pesos al año.
Y cómo olvidar que Delfina Gómez, excandidata morena a gobernar el Edomex, fue exhibida por cobrar diezmo a sus empleados cuando fue alcaldesa de Texcoco; darse un bono de retiro de medio millón de pesos y otorgar contratos millonarios a la familia de su padrino político, Higinio Martínez, actual edil.
Otro ejemplo es la diputada veracruzana Eva Cadena, filmada varias veces recaudando dinero para el líder del partido, según dijo ella misma. Los morenos no pueden alegar que es expanista; ellos la reclutaron y la apoyaron, así que ya era de su corral.
Pero si reniegan de Cadena y desconocen sus amarres, nada pudieron decir del audio en el que Andrés Manuel López Beltrán —hijo del líder nacional— planea con la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky, “blanquear” recursos para campañas.
Lo único que atinó a decir Polevnsky en un vano intento de defensa fue que el audio es de hace un año y que eso demuestra que el gobierno los espía. ¿O sea que si la transa se hizo hace un año ya no cuenta?
Incluso si el audio fue producto de espionaje, ¿eso los exime del delito? Y cuando parecía que el temporal había pasado, sale a la luz la transa del delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado, quien para compensar el apoyo de 127 mil 480 pesos —que según Reforma una donadora aportó a su campaña—, la premió con contratos por 33 millones de pesos.
Don Rigo no ha dicho ni pío de por qué ha llenado de millonarios contratos sin licitación alguna a Patricia Sánchez Vilchis y a sus familiares, que son todólogos en la delegación.
Parece un modus operandi de los morenos, quienes chillan porque a su franquicia ya se le quedó el mote de Movimiento de Recaudación Nacional.
No hay duda de que ese partido la volvió a cruzazulear.
CENTAVITOS… Un tanque de oxígeno puro para Manuel Granados fue el visto bueno del Instituto Nacional de Antropología e Historia para que sigan las obras de la Línea 7 del Metrobús que correrá sobre Paseo de la Reforma. Con la autorización del INAH, el juez que ordenó la detención de las obras tendrá que liberarlas, lo que representa un triunfo para el gobierno de Miguel Ángel Mancera y una estrellita más para Granados, quien tenía una gran presión encima. Habrá que esperar nuevos obuses hacia el consejero jurídico de la CDMX, porque es seguro que sus enemigos internos no lo van a dejar transitar en calma.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/06/22/1171241
