Por La Mafia en el Poder
Luego de que la Marina abatiera al capo conocido como El Ojos en Tláhuac, los integrantes de Morena mantienen un silencio sepulcral a pesar de narco-bloqueos y demás escándalos.
Claro que se entiende que los morenos no pueden decir ni pío por la sencilla razón de que quien gobierna esa demarcación de Rigoberto Salgado, uno de los suyos, quien es señalado como cómplice de los narcomenudistas de la zona.
Habrá que recordar que luego de que la Marina diera muerte recientemente a un poderoso narco en Nayarit, Andrés Manuel López Obrador salió a criticar a las fuerzas armadas y reprobó que los marinos hayan repelido la agresión y dieran muerte a los malosos.
Incluso El Peje se aventó una mentira de su tamaño al afirmar que en el operativo habían muerto menores de edad.
Claro que nada de eso fue cierto y López Obrador jamás se disculpó siquiera con los elementos que arriesgaron sus vidas para acabar con los maleantes.
Lo de menos es cómo ocurrieron los hechos; los importante era fastidiar las acciones del gobierno federal.
Ahora que los hechos ocurrieron en Tláhuac, CDMX, no se atreve a tocar siquiera el tema por temor a que se lo reviren, pues el horno no está para bollos.
Se repite el caso Iguala
Seguramente López Obrador tiene fresco en la mente el caso de la matanza de 43 estudiantes de la normal de Ayoxinapa, donde el ex alcalde José Luis Abarca fue relacionado con el cartel de los Guerreros Unidos.
El ex edil y su esposa fueron responsabilizados de haber ordenado la masacre y en la actualidad están presos enfrentando el juicio por esos crímenes.
Aunque en la opinión pública se trató de fijar al gobierno federal como responsable –cosa que se logró-, en realidad quien impuso a Abarca como candidato fue López Obrador, a pesar de las advertencias de que el narco estaba detrás de él.
Como quedó demostrada la relación de El Peje con esos grupos, lo que menos quiere es que en estos momentos se le ligue al Cartel de Tláhuac, pues sería otro escándalo que le estallaría cerca, pues él fue el que dio la candidatura al delegado que hoy es investigado.
Y es que si le comprueban a Morena que sus dirigentes sabían de las amistades de Rigo Salgado y aun así lo postularon, será una mancha más a la falsa blancura con que se quiere vestir López Obrador.
Porque primero fue Delfina Gómez, la que transó a sus trabajadores en Texcoco; después fue la recaudadora Eva Cadena, quien recibió varios millones de las manos de empresarios veracruzanos para hacérselos llegar a El Peje.
Más adelante se hicieron públicas las transas de su hijo Andy, a quien se escucha negociando con la secretaria general de Morena, Yeidkol Polenvsky, cómo lavar un dinero que les iba a dar.
Por eso López Obrador y sus secuaces están bien calladitos para no regarla.
Hasta ahora mototaxis
Después de niño ahogado quieren tapar el pozo.
Al menos eso parece, luego de la declaración del secretario de Movilidad de la CDMX en el sentido de que todos los moto-taxis son irregulares y que irá tras ellos.
La declaración de Héctor Serrano se da luego de que decenas de moto-taxistas realizaron narcobloqueos tras la muerte de El Ojos en Tláhuac.
Qué bueno que el secretario diga que va a ir tras ellos porque son ilegales, pero había que preguntarle si apenas se dio cuenta de que esos vehículos operan no sólo en Tláhuac, sino en muchísimas colonias de otras delegaciones.
Qué fácil salir a decir ahora que ese transporte es ilegal y por eso será exterminado.
Seguramente el secretario ya tiene las opciones de empleo que todos los que sean obligados a dejar sus taxis querrán tomar, al menos para seguir ganándose en sustento.
Si eran ilegales, ¿por qué los dejó crecer tanto?
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
