Por La Mafia en el Poder
Con el lanzamiento de un Frente Democrático Amplio, como lo propone el PRD con otras fuerzas políticas, las aspiraciones de Miguel Ángel Mancera para ser el próximo candidato aliancista para la Presidencia de la República se tambalean.
No porque rechace la idea, pues al fin y al cabo él mismo la ha impulsado desde hace tiempo, consciente de que la unión de fuerzas es la que necesita el país.
El asunto es que en el centro de este Frente están PAN y PRD, lo que pone en predicamentos al jefe de Gobierno, pues le debe quedar clarísimo que el partido que pondrá el candidato para buscar Los Pinos en el 2018 es el blanquiazul.
Los panuchos, que cuentan con varios gobernadores y con una buena canasta de votos en reserva, creen tener el derecho de poner el nombre del bueno, y en realidad tienen razón.
Es obvio que el blanquiazul buscará la alianza para poner al candidato; de lo contrario tendrían que irse solitos, pues poner su estructura y fuerza a los pies de otro no estará en su radar.
Y los perredistas así lo entienden, por lo que de entrada estarían dispuestos a sacrificar las aspiraciones de Mancera, al que le quedaría todavía la posibilidad de agarrar un buen hueso federal en caso de que el FAD se imponga.
La recompensa al PRD
Aunque es una obviedad, a cambio de apoyar a los panistas a nivel federal, los perredistas saben que el candidato al Gobierno de la CDMX lo ponen ellos. A diferencia del ámbito federal, en la capital el partido más fuerte del FAD es el PRD.
Y aquí es donde Mancera tendrá que jugar al ajedrez y cobrar muy bien la factura que le harán pagar al bajarse de la presidencial, para que decline por algún otro.
Si llega a un buen acuerdo con las tribus, que quieren para el gobierno capitalino a un candidato orgánico, le darán la oportunidad de proponer a alguien. Aunque en realidad lo que las tribus quieren es que sea un perredista de abolengo en el partido.
Un acuerdo de estas características entre PAN y PRD les solucionan muchas cosas, porque llegaron a la conclusión de que, aparte de necesitarse, cuando van juntos son bastante eficaces en las urnas.
Ya hicieron cuentas y los panistas no puedes solos en las presidenciales; los perredistas tampoco pueden solos en la CDMX.
Así que una alianza puede darle el triunfo a ellos en los dos ámbitos y, en ambos casos, el partido afectado será Morena, mientras los otros que se unan al Frente podrían terminar amarrando hueso.
Morena se queda solo
Cada vez está más claro que Andrés Manuel López Obrador se va a ir quedando solo rumbo al 2018.
Su negativa a hacer alianzas con la izquierda ha venido aislando a Morena, al grado de que está completamente solo. Bueno, igual está acompañado por ese remedo de partido llamado PT, que sólo le representará un lastre.
Apenas hace una semanas Andrés Manuel se veía poderoso, peor luego de la derrota en el Edomex y de que sus cercanos, incluyendo a su hijo, fueron exhibidos haciendo transas con el dinero público, sus simpatías se vinieron abajo.
Para la ciudadanía que no quiere al PRI, pero que tampoco le daría su voto a Morena, la opción de un frente de varias fuerzas le devuelve la esperanza y seguramente apoyarán este movimiento, sobre todo porque se trabajarán en un proyecto de gobierno conjunto.
A estas altura del partido nadie duda que El Peje será el nuevo Cruz Azul de la política: otra vez perderá la final y la gente lo seguirá llamando “El ya Merito”.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
