Por La Mafia en el Poder
El peor escenario político para Andrés Manuel López Obrador se presentó con la captura de Javier Duarte de Ochoa, quien fue uno de sus financieros y operadores en las pasadas elecciones de Veracruz, donde Morena creció con un candidato desconocido.
Desde la pre-campaña se empezó a mencionar que el gobernador veracruzano había acordado con el tabasqueño apoyar a los candidatos pejistas al Congreso Local, a fin de evitar que Acción Nacional se apoderara del Poder Legislativo.
Los nexos entre estos dos políticos fueron obvios, pues mientras que hasta los propios priístas se le fueron al cuello a su compañero Duarte por las acusaciones de corrupción, el único que lo respetó fue López Obrador.
Acostumbrado a calificar a todos sus enemigos como corruptos, El Peje se abstuvo de lanzar la menor crítica al gobernador que estaba dejando en la miseria el estado y cuya parentela y amigos robaban a manos llenas.
El actual mandatario Miguel Ángel Yunes Linares dijo tener pruebas de los pagos que Duarte de Ochoa hizo a los dirigentes de Morena durante el proceso electoral, y que las iba a presentar en el momento oportuno.
Bueno, ahora que el ex gobernador veracruzano está finalmente preso, el mayor temor de Andrés Manuel es que le comprueben los tratos de corrupción que hizo con él durante el pasado proceso electoral.
Tan nervioso anda el tabasqueño que ya cometió dos pifias garrafales en menos de 48 horas; ambos a través de sus redes sociales.
El primero error fue calificar como “chivo expiatorio” a Duarte luego de ser detenido en Guatemala.
Seguramente la ignorancia del tabasqueño no le permite darse cuenta que “chivo expiatorio” se le considera a una persona inocente que el inventan cargos para que pague la culpa de otra… o de otras.
En pocas palabras, López Obrador es el único que piensa que el ex gobernador veracruzano es inocente.
Explicación no pedida
El segundo error de Andrés Manuel lo cometió ayer al grabar un mensaje en el que dice que la detención de Javier Duarte tiene como finalidad enlodar a Morena, porque PAN y PRI sienten que van perdiendo el Edomex.
Que seguramente buscarán que Duarte hable sobre los sucios tratos que hizo con él en las pasadas elecciones, para hacer creer que en verdad hubo algo chueco entre ellos.
Y claro que lo hubo, por eso el tabasqueño se quiere curar en salud adelantándose a negar toda acusación antes de que esta surja. Sabe que le sacarán sus trapitos al sol porque hay muchos elementos que lo incriminan.
Con su videíto justificador sólo se está echando la soga al cuello, porque hay un dicho muy mexicano que dice; explicación no pedida… culpabilidad manifiesta.
¿De cuándo acá le preocupa tanto a López Obrador que lo acusen de corrupto?
Lo que pasa es que sabe que hay pruebas sólidas de su complicidad con uno de los políticos más corruptos de la actualidad, como es Duarte, y eso no lo resistirá.
Ni la sombra de El Sombrita
A Alejandro El Sombrita Sánchez Camacho ya se le pasó la edad para aprender y cada vez es más gris que oscuro. Ya no es ni la sombra de El Sombrita que fue cuando René Bejarano le regalaba diputaciones plurinominales porque en las urnas nunca ganaba.
El domingo declaró que las detenciones de Yarrington y Duarte son una estrategia del PRI para lavarse la cara y ganar simpatías rumbo a las elecciones del Edomex.
Todo mundo sabe que El Sombrita no habla a nombre del PRD, sino solamente de la tribu de su patrón. Por cierto a esta tribu parece que nada le acomoda; están como la gata flora, que cuando no grita llora.
Si el gobierno no agarra a los ex gobernadores prófugos, es cómplice y corrupto; si los agarra es por una jugada política.
Por fin, ¿quieren que los detengan o no?
Este tipo de perredistas son tan primarios que no se dan cuenta de que los principales perjudicados con ello son los propios priístas, porque si bien es cierto que los pillos fueron apresados, no dejan de ser del partido tricolor, que los llevó al poder.
En lugar de dejar caer el tema, los perredistas tendrían que estar remachando que se trata de dos prófugos del PRI, que el hecho de que los hayan agarrado no les quita lo priístas y que ese tipo de políticos es lo que puede ofrecer ese partido.
Pero ni para eso les da a los del PRD, que se van por la fácil de gritar faul cuando tienen en sus narices la oportunidad de golpear.
*El Irreverente publica todos los días, de lunes a viernes.
