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CDMX

Sí, fue un laboratorio

Las elecciones de ayer dejaron una gran lección a todos los partidos, que ahora sí saben cómo jugarla en el 18 si quieren tener chance de ganar las batallas más importantes.

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Por La Mafia en el Poder

Sin importarles en realidad los habitantes del Estado de México, tanto PRI como Morena utilizaros las elecciones de ayer como un gran laboratorio con miras al proceso electoral de 2018, y PRD y PAN reafirmaron su noviazgo.

Pero no fue el clásico laboratorio en el que el que gane esa entidad se enfila a Los Pinos. No, ahora fue poner a prueba dinero contra promesas mesiánicas.

Los tricolores tenían que probar qué tan aceitada está su maquinaria y si les puede aguantar para tener una mínima posibilidad de retener la Presidencia de la República, que apenas en 2012 recuperaron.

Aunque las estructuras demostraron que aún funcionan, los priístas comprobaron que su viejo esquema no será suficiente para enfrentar a un país con ánimos de revancha contra los malos gobiernos, y en general contra los malos políticos.

O sea, el PRI está en ruta de la derrota y muy cuesta arriba, por mucho que se decidan por un candidato que no vea tan mal la ciudadanía en general, como pudiera ser el doctor José Narro Robles, secretario de Salud y ex rector de la UNAM.

Porque quizá Narro pudiera ser aceptado por una parte del electorado, pero teniendo atrás el descrédito de ex gobernadores y dirigentes priístas, sus posibilidades son escasas.

Así que los tricolores tendrán que ir pensando en cómo ser incluso hasta una tercera fuerza a partir del año entrante, si no quieren desaparecer.

Una opción pueden ser los gobiernos de coalición o la segunda vuelta electoral.

A El Peje no le dio

Por el lado de Morena, el experimento que hizo Andrés Manuel López Obrador fue ver si podía heredar su fuerza a una candidata desconocido como Delfina Gómez, que además de resultó gris y lo que le sigue.

En sus propias encuestas López Obrador tenía datos que en el Edomex el 36 por ciento de la población lo apoya, y quiso ver si es posible heredar el poder. O sea, transferir ese porcentaje a quien él diga.

Pero además de experimentar esa posibilidad, El Peje tuvo otros dos propósitos.

El principal fue aprovechar la campaña de Delfina en la entidad más grande del país en cuanto a número de votantes y de manejo de presupuesto. Decidió hacer él mismo la campaña y aprovechar los tiempos oficiales para difundir su imagen.

O sea, no importaba si Delfina ganaba o no, sino que él confirmaría sus simpatías en suelo mexiquense e incluso las ampliaría, lo cual le representará una buena base de votantes para el próximo año.

Porque si en las presidenciales obtiene mayoría de votos en el Edomex y hace los mismo en la CDMX, lo cual es muy probable, sus posibilidades de ganar la Presidencia de la República se fortalecen.

Le apostó también a Veracruz, con lo que hubiera hecho una buena ronchita, pero en esa entidad Morena fue prácticamente borrado, lo que se considera un fracaso.

La enseñanza para él es que si quiere ganar en el 18 tendrá que bajarse de su nube y buscar, personalmente, a partidos como el PRD, MC y demás, y pedirles de buen modo que lo apoyen para poder cumplir sus ilusiones.

De lo contrario, será su tercera derrota y última, además de su exterminio.

Reafirman su noviazgo

Para PAN y PRD esta elección –y las otras tres que hubieron ayer- no hace sino confirmar que juntos pueden ser dinamita, pero que solos serán un flan para sus contrincantes.

En el Edomex fueron separados y los panuchos se fueron hasta el cuarto lugar. Los perredistas, aunque subieron su votación -por la aparición de un carismático candidato,  no a que la gente confíe en ellos- terminaron terceros.

En cambio donde fueron juntos se mostraron bastante competitivos y eso les deja la enseñanza de que en adelante tendrá que ir juntos o lamentarse de una derrota.

Está muy claro que a la brevedad tendrán que empezar a elaborar un plan de gobierno conjunto y un programa donde quepan todos, a fin de justificar ante el electorado cómo es que dos partidos que son agua y aceite pueden ir juntos.

Así que los panuchos podrán poner el candidato a la Presidencia de la República, y los perredistas al aspirante al gobierno de la CDMX. Juntos pueden derrotar al PRI a nivel nacional, y a Morena en la capital.

No hay otra forma para ellos dos y a estas alturas todo mundo la sabe.

Luego de elección mexiquense las cartas de todos los partidos quedaron abiertas y cada quien sabe ya cómo tiene que jugar en 2018.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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